La medida contribuiría a disminuir la contaminación sónica
Santo Domingo, R.D. –Moradores de diferentes sectores de la capital, encabezado por juntas de vecinos, hicieron un llamado al Ministerio de Medio Ambiente para que exija a los colmadores espacios con aires acondicionados, a fin de mitigar la contaminación sónica.
En una nota, los comunitarios explican que el 18 de enero de 2012 fue creada la Comisión Nacional Antiruidos a través del Decreto 10-12 y, hasta la fecha no ha tenido actores que impulsen un plan nacional de reducción de ruidos para el beneficio de la ciudadanía.
La Comisión Nacional Antiruidos está integrada por los ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que la preside; Salud Pública, Interior y Policía, y la Procuraduría General de la República, representada por la Procuraduría para la Defensa del Medio Ambiente y los Recursos Naturales; la Policía Nacional; el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 9.1.1; la Dirección General de Tránsito y Transporte Terrestre y la Mancomunidad de Municipios.
Señalaron que la gravedad que representan los ruidos nocivos se ha ido incrementando con el paso de los años, y que la existencia de este tipo de negocios, que se multiplican en los barrios y residenciales de la capital y provincias, sin reales controles preventivos y sin un conteo formal o estadístico del número de tragedias que ocurre en pleitos y peleas parece no tener dolientes.
Dijeron que exigirles a los propietarios poner aires acondicionados podría ser una nueva fórmula de alivio, para evitar los escándalos que se generan cada día en estos establecimientos que se han convertido en tierra de nadie, muchos de ellos han sido escenarios de intercambios de disparos y trifulcas violentas.
En conclusión, “si analizamos en que contribuyen los colmadones a la sociedad dominicana, diríamos que en nada”, y que por el contrario obstaculizan el libre tránsito de los vehículos, ocupan de manera ilegal las aceras, no dejan descansar ni dormir a los moradores, en su mayoría envejecientes, nunca bajan la música y los vehículos se aparcan en lugares señalizados como prohibidos.
Cuando no es la música del colmando, es la música de un borracho con derecho y guapo y, a veces armado.
Mientras tanto seguiremos esperando que alguien se conduela de nosotros, apuntan finalmente.