Por: Héctor Ferreras
La pasada semana se hiso viral un video de un niño estudiante al llegar a un centro educativo. Se quedó paralizado al escuchar las notas del Himno Nacional, llenando de emoción tanto a los presentes como a los que han visto el video, publicado en las redes sociales del periódico digital Último Minuto.
La realidad es que, cuando se siembra bien recogemos los frutos, esta acción es una gran evidencia de la trascendencia del modelo Educación para Vivir Mejor del proyecto que, creado por el exministro de Educación Roberto Fulcar, contra este y otros grandes proyectos de cambios en favor de la educación, contra lo cual lucharon sus conspiradores.
Los apandillados enemigos de la buena fortuna del pueblo y que solo piensan en sus beneficios personales y sus grupos, los ciudadanos mediocres que aportan muy poco al desarrollo educativo y cultural de los niños y jóvenes del país.
Hacemos un símil entre el gran ejemplo de este estudiante y lo ocurrido en el teteo de la Zona Colonial, en cuanto a los diferentes resultados de la buena inversión en modelos educativos y culturales que forman ciudadanos de bien y la diferencia de cuando se apandillan en busca de intereses personales, estos solo ha creado jóvenes sin esperanzas y oportunidades que, luego se convierten en delincuentes que, en ocasiones van a llenar las cárceles del país y en otro mueren en intercambios de disparos con la Policía.
Para un trabajo de rescate de la juventud hay que trabajar desde educación con el modelo de Educación para Vivir Mejor, creado por Roberto Furcar, incluyendo en este los ministerios de Cultura y Deporte en un acuerdo para descubrir los deportistas, artistas, pintores y los gestores culturales que están en los barrios y pueblos del interior del país y que no conocen su talento porque un experto de esas disciplinas no lo ha trabajado para descubrirlo.