Por Héctor Ferreras
Roberto Fulcar Encarnación se graduó de licenciado en Educación mención Ciencias Sociales en Baní, en el año 1987. Posteriormente, realizó un postgrado y maestría en Educación en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y culminó su etapa de estudios con un doctorado dentro de la misma área en la Nova Southeastern University del 2001-2004.
Se entrenó como gremialista donde conquistó la vicepresidencia nacional de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP).
En 2016 dirigió la campaña de Luis Abinader, llevando al Partido Revolucionario Moderno (PRM) a un 35 por ciento, un partido con menos de dos años de fundado, con lo que demostró su capacidad de conciliador y unificador, además de su entrega al trabajo.
Furcal fue el gran armador del proyecto a la presidencia de Luis Abinader, primero a lo interno del PRM y luego frente los adversarios, logrando una hazaña como jefe de campaña nunca vista, llevando al poder un partido con menos de 8 años de fundado, trabajo que lo convirtió en un coordinador general de campaña totalmente exitoso.
Roberto Fulcar, como ministro de Educación, realizó un trabajo ejemplar, libre de corrupción, saqueo de las cosas públicas y con mucha colaboración con todos los sectores en lo que interviene ese Ministerio, ayudando a su desarrollo.
Durante la gestión de Fulcar, se crearon programas y proyectos de avance del sistema educativo, uno de los principales fue el hecho de pasar la mayoría de liceos del país a la categoría de politécnicos, otros programas de gran importancia son los de impacto para la innovación pedagógica, apoyo al docente, atención al estudiante, infraestructura y equipamiento escolar, entre otros proyectos vitales para el desarrollo del sistema.
Roberto Fulcar se la jugó durante la pandemia con las clases virtuales, con lo que se logró que los estudiantes no perdieran el año escolar y más que el año escolar, el hábito de estudio.
Fulcar decidió democratizar el presupuesto del Ministerio de manera que los suplidores sean diversos, permitiendo con esta medida que los productores locales puedan suplir desde libros de textos hasta las pizarras, siempre cumpliendo con los requerimientos de la Ley de Compras y Contrataciones.
Un ejemplo de esto fueron los institutos de capacitación, a lo que, se le permitía formar concursos y diplomados al personal docente y directores de centros, decisión que le creó ciertos malestares con el sector de las universidades y en cuanto a otros productos los que suplían todo lo del Ministerio, se opusieron a la democratización del presupuesto.
Roberto tomó decisiones que le abrió muchos frentes, los mismos iniciaron una campaña voraz en su contra, la cual no cesó hasta verlo salir del Ministerio.
Luego de su salida se han realizado varias auditorías por la Contraloría General de la República y por la Cámara de Cuentas y sus resultados dan muestra de la seriedad con que se manejó el Ministerio de Educación durante la gestión de Fulcar.
Roberto Fulcar, en su accionar, ha demostrado que es un titán de la política y un luchador incansable con destrezas para cumplir sus objetivos, lo ha demostrado en la política y en su accionar como maestro gremialista y aún más como funcionario público.