Por Milton Olivo
Para ser más objetivo, lo apropiado seria decir; la conquista del poder de una nación deliberadamente quebrada. ¿Por qué? Simple! Si usted tiene 48,442 km cuadrado de territorio, con un presupuesto superior promedio a los 700 mil millones por 16 años, y tomando prestado decenas de miles de millones por años, y no lo invierte en desarrollar el aparato productivo e industrial que necesita esa nación, usted está deliberadamente quebrándola.
Y no son palabras, según la Dirección General de Crédito Público, del gobierno dominicano, al 31 de mayo de 2020, el saldo de la deuda externa e interna del sector público no financiero (SPNF) totalizó US$38,309.1 millones, representando el 41.7% del Producto Interno Bruto (PIB).
Deuda que calculándola al 55 x 1, estamos hablando de RD$ 2,106,995,000,000. De manera que hablamos de una cantidad ya difícil de contar, de unos 2 billones 106 mil 995 millones de pesos. Ese es el legado de los gobiernos de Leonel y Danilo Medina, o mejor decir del PLD.
Estimo que el PLD ha robado a la sociedad dominicana, una cantidad superior a los RD$300 mil millones. Calculando el robo de por lo menos el 10% en promedio, de un presupuesto anual promedio de 700 mil millones por 16 años, más los desvío por las estafas al Estado, y lo tomado del endeudamiento externo.
Luis Abinader va a recibir un Estado, en cuidado intensivo, que ha venido sobreviviendo por el ventilador de un irresponsable y antinacional endeudamiento externo. Todo fruto del robo de los recursos públicos, la estafas al Estado, la sustitución de producción nacional por importaciones, la quiebra del aparato productivo, y la incapacidad o maldad guiada por la codicia, de canalizar los fondos disponibles al dispendio y no a levantar la producción y la creación de un tejido industrial nacional para crear empleos y riqueza.
Dada esta realidad, el pueblo debe ser paciente con Luis Abinader. Muy paciente, porque el horno -como dicen-, no está para galletita. Pero Luis Abinader también tiene que interpretar las demandas de la sociedad y actuar en consecuencia. De lo contrario, estaría creando el coctel perfecto para un descontento social, que daría paso a la frustración colectiva, cuyo resultado final, es imprevisible.
La situación nacional, tiene elementos novedosos. El gran triunfador ha sido el pueblo. Y el gran unificador ha sido, sacar el PLD del poder. Y la mayor ambición del pueblo es, que se rescate lo robado y se le haga justicia a los que han desfalcado el país.
Ya anoche, ha quedado evidenciada por dónde anda la demanda popular, mientras Luis Abinader, con alegría y tacto, se dirigía a la nación, en celebración del triunfo, el coro popular repetía, una y otra vez. “Los queremos presos”.
Ya lo decía Einstein, en estos tiempos de cambio, la creatividad es más importante que el conocimiento. No es una época para ser administrada, es una era para la nación dominicana ser reformada y transformada. En su modelo constitucional concentrado en el presidente. El uso de los recursos públicos que deben ser canalizados a crear infraestructura productiva que permitan generar empleos y afrontar los compromisos financieros. De sustitución de importaciones y multiplicación de las exportaciones.
Nuestra más profunda felicitaciones a Luis Abinader, sin duda, es el presidente que llegará a Palacio, con el desafío más grande de toda la historia, con un país quebrado, un pueblo empoderado, en medio de una crisis global. Su destino son dos; la gloria, si impulsa las reformas necesarias o el desprecio público, si comete el error, de escuchar las voces que le sugerirán continuar con el más de lo mismo.
Como aliado y nacionalista, para felicidad del pueblo, y gloria de Luis Abinader, le deseo el mayor de los èxitos! El autor preside el Partido Quisqueya Potencia