Para nadie es un secreto que el narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo (El Don) se ha convertido en un objetivo político en contra del exgobernante Leonel Fernández, pero, de la misma manera, es inaceptable que se censure a tal o cual programa. Es un mal precedente.
Lo que ocurre es que un sector del Palacio Presidencial apadrinó la llegada al país de Quirino y ahora ven que la situación se le ha ido de las manos y acuden a la censura. No saben qué hacer, después que le escribieron un “guión” y lo trajeron para que desacreditara a Leonel y luego tratar de establecer un proyecto reeleccionista.
Muchos, dependiendo de su orientación política, podrán celebrar que se impida la salida de una entrevista con el capo, pero desconocen que hoy la censura afecta al programa del periodista Salvador Holguín y mañana puede ser Acento.com.do, Listín Diario, Diario Libre u otro medio cualquiera…
Si fue violatorio a la Constitución, las leyes (los Derechos Humanos) el impedir que se difundiera un programa con Quirino, las explicaciones que ofrece la dirección del Canal 45 fue mucho peor. Fue un disparate.
He dicho en otro artículo que no creo en las palabras de un delincuente-narcotraficante (miembro connotado de la mafia colombina), pero estoy en contra de que se persiga a un comunicador o se impida la difusión de cualquier contenido informativo. Además de violatorio, cuando se imposibilita la difusión lo que hace es aumentar el interés en cosas, a veces, de poca importancia y credibilidad.
He manifestado que las afirmaciones de Quirino se van cayendo por su propio peso, como la tontería de que el Departamento de Estado de los Estados Unidos mueve los hilos del narcotraficante para impedir el regreso al poder de Fernández. Dije que eso tiene ignorancia por un lado y mala fe por el otro: El que conoce la política norteamericana y su estructura de poder imperialista sabe que no actúa así. Además de que no tienen favoritismo ni interés en ningún candidato presidencial dominicano. Agregué que sus embajadores saben defender e imponer sus intereses con un gobierno o con el otro.
Mis afirmaciones fueron confirmadas a “pie juntillas” por el embajador de Estados Unidos en República Dominicana, el señor James Brewster (Wally), quien dijo que su gobierno no tiene nada que ver con los ataques de “El Don” contra el expresidente.
La declaración de Brewster se produjo en el almuerzo de los medios del Grupo Corripio, y publicada en el periódico Hoy. Estoy convencido que el embajador estaba desde hace tiempo por hacer la aclaración y aprovechó la oportunidad de ese encuentro.
Castillo cumplió 10 años de prisión en EE.UU por narcotráfico y ha venido acusando a Leonel de haber recibido 200 millones de pesos de sus actividades de drogas. Según Brewster, sus declaraciones son ofrecidas por cuenta propia y no tienen que ver con el gobierno o la justicia de los Estados Unidos.
Dijo que su regreso al país fue voluntario y que una vez cumplió su condena ya no tiene contacto con su gobierno. Opinó que las declaraciones de Paulino Castillo hay que tomarlas con “grano de sal”, porque se trata de un confeso narcotraficante. ¿Y ahora, qué dirán…? ¿Le creerán al Embajador o le seguirán creyendo al narco? Autor: Roberto Valenzuela