Mujeres atrevidas que desafían el orden político establecido

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Por Claudia Fernández

Ser mujer, romper esquemas establecidos por siglos en los que prevaleció un patriarcado opresor, que se mantiene hasta el día de hoy. No es tarea fácil. Al contrario, complica las vidas de mujeres que deciden ser ellas mismas y establecer parámetros a seguir por muchas. En cualquier parte del mundo, en cualquier casa.

Incursionar en política es terreno vedado para el sexo femenino, que siempre ha sido la sombra detrás de cada triunfo del hombre. Mujeres que, a lo largo y ancho de la historia, han hecho historia.

En tal virtud, y cumpliendo lo que dice el refranero popular, honrar, honra y precisamente, al conmemorase este 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, establecido por la Organización de las Naciones Unidas en 1977, como recuerdo de las 129 obreras de la fábrica textil Cotton, en Nueva York, que fallecieron consumidas por un voraz incendio mientras llevaban a cabo una huelga en pro de mejoras salariales y mejores condiciones laborales. Esto sucedió en el año 1857.

Hoy, 8 años después de las primeras representaciones femeninas a la candidatura presidencial -2016-, de Minou Tavárez Mirabal, hija de dos víctimas del sistema, por Alianza por la Democracia y Soraya Aquino, del partido de Unidad Democrática. Sembraron huellas y caminos.

Historias difíciles de contar desde una perspectiva de género desigual y exclusivista. Mujeres que se han atrevido y atreverán a desafiar el “status quo” –el orden establecido—como tal, y deciden por cuenta propia hacer y deshacer sin el amparo y mano de un hombre, es digno de admirar.

Este siglo XXI, en el que entramos en la segunda década, coge desprevenidos a candidatos masculinos, que siempre han pastado bajo la sombra de la mujer. Compañera, madre, hija, pareja, esposa, amiga fiel, la que no traiciona cuando se siente traicionada. Una mujer íntegra, que deja atrás sus apetencias sociales, políticas y económicas en apoyo incondicional e irrestricto a quien cubre con su manto protector.

Pero hay un momento en la vida, en que esa mujer sumisa, leal y franca, se vuelca en indecisiones, se sumerge en la memoria de su propio ser y decide, de golpe y porrazo, convertirse en una líder de masas, de comunitarios y arriesga el todo por el todo a una apuesta en la que puede perder ¡todo! O ganar el todo por todo.

Dos historias, dos mujeres ejemplares que, desde sus propios espacios y principios particulares, han trillado caminos, y hacen camino al andar.  Tres ejes constituyen las bases programáticas de un gobierno, y, de manera coincidencial ambas candidatas giran en el mismo sentido, justicia independiente, educación de calidad y por supuesto eliminación de la corrupción e impunidad que han imperado a lo largo de la historia nacional.

María Teresa Cabrera

María Teresa Cabrera: Una vida de lucha por la reivindicación magisterial y educativa

Una historia interesante, en la que ha primado la lucha por conquistar escalafones para los maestros de República Dominicana. Una mujer de armas tomar y no en sentido figurado. Sus esfuerzos por mejorar las condiciones de vida de los maestros y elevar el nivel educativo del estudiantado nacional, rindieron sus frutos, ella apuesta ahora a una candidatura presidencial inclusiva. Frente Amplio y Congreso Cívico son las organizaciones que optaron por llevar a María Teresa Cabrera como candidata presidencial para las elecciones de 2024.

Las inquietudes, aptitudes, capacidades de María T. como es conocida por muchos en el ámbito de su carrera gremialista, profesora y luchadora por la reivindicación de los derechos de los excluidos, dan fe y testimonio de su capacidad. Lo cierto es que los arrestos y dedicación de esta luchadora por los derechos de todos y de todas, la convierten en un ejemplo a seguir.

La lucha por lograr el 4 por ciento del PIB en pro de la educación, puede contarse entre sus triunfos, desafiando de manera frontal a un gobierno que buscaba afianzamiento en obras colosales. De esa gran lucha a favor de la elevación del nivel educativo público nacional, con infinitas protestas frente a un Palacio Nacional ocupado por sombrillas amarillas, surge la Ley General de Educación (66-97), gracias al empuje de esta mujer convencida de que la educación es la base del desarrollo. Y esta es una base en la que se fundamenta su programa de gobierno a favor de la educación.

Conocer la línea programática en que se fundamenta su plan de gobierno, en caso de acceder y romper los moldes y esquemas que se han impuesto por siglos en nuestra nación y sociedad patriarcal, no es tarea fácil. Expresa que uno de los puntos focales de su programa de gobierno es la eliminación total de la corrupción en todos los ámbitos de la sociedad, mediante políticas precisas y estrictas de fiscalización del gasto público, entre otras medidas.

Maestría en Desarrollo Humano y Sostenible del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), máster Internacional en Liderazgo Educativo de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, máster universitario en Metodología de Investigación en Ciencias Sociales, Jurídicas y Humanidades en esta misma universidad, forman parte del extenso currículo profesional de esta luchadora social.

Virginia “Antares”: una guerrera que lucha por la estabilidad democrática y la participación popular

Treinta y nueve años recién cumplidos, nace un 9 de diciembre de 1984, es una estrella que refulge en el universo político nacional, con un programa de gobierno dirigido a ejes específicos del quehacer de nuestra sociedad. Una sociedad agobiada por problemas colectivos sin solución aparente e inmediata.

Proveniente de la denominada “Raza Inmortal”, que selló y marcó el destino histórico de nuestro país aquel 14 de junio de 1959, cuando ocurre el desembarco de Constanza, Maimón y Estero Hondo, gesta que sirvió de punta de lanza para el derrocamiento de la tiranía trujillista.

Su abuelo, Juan Rodríguez, fue quien realizó el atrevido desembarco marítimo de Estero Hondo, en la   costa Norte de República Dominicana, en la provincia de Puerto Plata. Ella mantiene intactos los recuerdos de esa época, gracias a la ayuda de su padre, nacido en el exilio trujillista y quien le enseñó esa parte reciente de la historia republicana y libertadora.

Pequeña, delgada, de apariencia frágil, oculta un fuego interior más brillante y candente que la estrella que le da su segundo nombre, Antares, tiene temple más que suficiente para enfrentar retos que la podrían colocar como opción en el universo estelar de la política de República Dominicana.

La periodista Claudia Fernández entrevista a Virginia Antares candidata presidencial de Opción Democrática

Un gobierno plural, con participación igualitaria, que busca eliminar la exclusión de parte de importantes sectores de nuestra sociedad, constituye más que un eje fundamental de lo que sería su política de gobierno de acceder al poder, se ha convertido casi en una obsesión. Una obsesión positiva, real y con el convencimiento de que puede ofrecer mucho más de lo que dice y promete, da respuesta a ciertas interrogantes que transcurren durante este diálogo.

Una de sus principales preocupaciones es el adecentamiento y readecuación del sistema judicial nacional, sin interferencia de los poderes del Estado y los poderes fácticos que gravitan en torno a la impartición de una justicia real y verdadera.

Cuestionada acerca de la manera en que se podría lograr un Poder Judicial independiente, responde: “Ese es uno de los retos fundamentales que enfrenta nuestra sociedad, es un reto que toca un eje central de la democracia, una de las grandes deudas de la democracia dominicana, la impunidad, esa es parte de la razón por la que entendemos que la democracia dominicana no ha llegado al punto de su consolidación. Inició este proceso de transición, de construcción democrática y una de las patas que le faltan para terminar de cuajar, es precisamente la justicia, problema que se arrastra desde la caída de la tiranía hasta hoy, producto de la continuidad de la clase política que nos ha gobernado”.

Considera que el punto de partida para un cambio estructural profundo, lo inició el Movimiento Marcha Verde, ya que, a su entender las protestas iniciadas de manera espontánea para poner fin a la impunidad imperante en todos los sectores gubernamentales, “fue fundamental, ya que abrió puertas porque implicó el inicio de un cambio de cultura, que ahora debe traducirse en cambios institucionales porque las instituciones son la cristalización de las luchas del pueblo, que ya inicio ese recorrido, lo que debe traducirse ahora en cambios institucionales, y es para y por lo que está trabajando Opción Democrática”.

El diseño de la arquitectura del sistema de justicia tiene que cambiar de manera radical, opina, para lo que es necesario establecer las bases que se quebraron con la promulgación de la Constitución de 2010, que, a su juicio, volvió a infiltrar la política en los tribunales y Altas Cortes, “lo que vulnera el derecho y la independencia del Poder Judicial”. Jueces de carrera, independientes, bien formados y fuera de todo principio partidario, es lo que necesita el país para iniciar el despegue hacia esta independencia de la justicia.

Un trabajo arduo, lo reconoce, y ante la pregunta de dónde saldrían los recursos económicos y logísticos, responde rápidamente: “Es necesario realizar una reforma total al sistema fiscal e impositivo, mediante la aplicación real y efectiva el pago de impuestos a quienes, por años, décadas, han hecho fortuna a costa de las exenciones, evasiones, contrabando y amnistías fiscales”.

El reforzamiento y cambio profundo a las políticas educativas nacionales, anquilosadas en un modelo obsoleto, es otra de sus preocupaciones, al destacar que la preparación constante del cuerpo profesoral debe ir de la mano con profundas reformas dirigidas a elevar la calidad de la educación en el país, y para lograrlo, tiene un ambicioso proyecto dirigido a este sector alrededor del que gira el desarrollo de nuestra nación.

Con Master en Políticas de Desarrollo y Medioambiente, realizado en la Universidad de Sussex, Inglaterra y una licenciatura en Comunicación Social de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), tiene la sensibilidad social para enfrentar y asumir retos en el convulsionado universo político dominicano.

Ley Sálica moderna

El modernismo, post modernismo. Actualidad, inclusión, exclusión, son términos que definen conductas sociales, políticas y económicas, en las que lamentablemente, prevalece una ley sálica modernista que prohíja las desigualdades de género, siempre y cuando atenten o amenacen el “divino orden” masculino.

Todo ocurre en medio de una revolución tecnológica sin precedentes en la que el estandarte es “todos tenemos el mismo derecho”. ¡Qué va! El predominio del hombre, varón, macho, masculino, prevalece en todas las esferas y en todas las sociedades, negando posibilidades de ascensión de todo tipo a mujeres, mujeres que se atreven, desafían, perseveran, hasta conseguir sus metas.

Relucir, relumbrar, ser las estrellas alrededor de las que gravita toda una constelación de seres es una tarea harto difícil. La ley Sálica sigue predominando y negando el justificado y bien ganado acceso a puestos de mando a la mujer. Y preciso es mencionar a dos mujeres que, desde sus altos cargos, sentaron precedente. Milagros Ortiz Bosch y Margarita Cedeño, quienes ocuparon interinamente la Presidencia de la República desde la vicepresidencia y ambas lo lograron. Actualmente, Raquel Peña, vicepresidenta, se ha convertido en el sostén y apoyo del gobierno de Luis Abinader en todos los sentidos.

La excepción hace y confirma la regla

A lo largo y transcurso de la historia de la humanidad, son muchas las mujeres que se han “embraguetado” y asumido el poder, de manera fáctica, irregular o, más recientemente, en las urnas, por decisión del voto popular. Increíble e inexplicablemente, América Latina cuenta con el número 13 de mujeres que han sido presidentes en momentos álgidos de su historia política, social y económica.

Violeta Barrios de Chamorro

María Estela Martínez de Perón, Argentina, 1974-1976, encabeza la lista; Violeta Barrios de Chamorro, Nicaragua, fue la primera mujer en ser electa por el voto popular en América Latina, 1990-1997; Mireya Moscoso, de Panamá, 1999-2004; Laura Chinchilla en Costa Rica, período 2010-2014; La chilena Michelle Bachelet, gobernó este país del Cono Sur en dos ocasiones, 2006-2010 y 2014-2018.

De igual manera, Cristina Fernández en Argentina, asumió el 2007 hasta el 2015. Vilma Rosussef, brasileña, 2011-2016; Bolivia, tuvo a Lidia Gueiler Tejada en la Presidencia desde 1979 a 1980; Rosalía Arteaga en Ecuador, fue mandataria en 1997; Jeanine Añez 2019-2020 en Bolivia; Actualmente, Honduras cuenta con una presidente, Xiomara Castro, electa en 2022.

Ertha Pascal Trouillot, en Haití, 1990-1991. Dina Boluarte, Perú, desde 2022, son las 13 mujeres que en su momento han asumido el poder en América Latina, y, como dato curioso, la mayoría proviene de América del Sur.

Un recorrido histórico

Un recorrido por la historia de la humanidad, nos lleva a dos mujeres que gobernaron en su momento uno de los mayores imperios de la antigüedad. El mítico Egipto. Nos referimos a Nefertiti y a Cleopatra, dos mujeres que ocuparon lugares casi míticos en el devenir del mundo y que influyeron en el devenir de su nación.

Más adelante, nos ubicamos específicamente en el siglo IX, D.C., cuando aparece un nombre inusual en una Iglesia Católica que afianzaba sus raíces, dogmas y estatutos. Todavía está en veremos, si es ficción o realidad la existencia de la Papisa Juana, quien asume el solio pontificio disfrazada de hombre, tenía un cuerpo andrógino y venía de una dinastía de monjes, abades, sacerdotes, ermitaños, quien se entronizó como Papa, adoptando el nombre de Benedicto III. Tuvo que adoptar una nueva personalidad, y eso es lo importante, lo que ha sucedido con la lucha de las mujeres por el poder y con el poder a cuestas.

Hoy, de nuevo, República Dominicana cuenta con dos candidatas presidenciales, María Teresa Cabrera y Virginia Antares Rodríguez Grullón, se convierten en dos figuras icónicas en este convulso terreno de la política nuestra. Dos mujeres, dos profesionales, dos luchadoras, tratan de ganar el espacio perdido por tanto tiempo y enrumbar al país por senderos de tranquilidad, sosiego y desarrollo con planes de gobierno específicos.- panorama.com.do

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