Por análisis Nuevoeco.net
Como ya las tempestuosas aguas entre el Gobierno y la Iglesia Católica volvieron a su nivel, Nuevoeco.net entiende que es de justicia hacer un sosegado análisis sobre esa confrontación, sus protagonistas y quién perdió o ganó.
Lo primero es que pocas veces un funcionario, como Roberto Rodríguez Marchena, es el sambá que recibe todos los golpes que iban dirigidos a su jefe político, el presidente Danilo Medina.
Marchena fue el dique que frenó las tumultuosas aguas de los representantes de la Iglesia Católica y la artillería pesada del sector del expresidente Leonel Fernández, que están muy bien organizados en todo el país. También recibió los golpes de un sector de la oposición, encabezado por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), y algunos grupos de la sociedad civil que andan detrás de la cabeza del presidente Medina.
Aunque el tiempo fue el gran maestro que le dio la razón a la estrategia de Rodríguez Marchena, originalmente algunos dentro del Gobierno y el sector peledeísta de Medina dudaron de él. Pensaron equivocadamente que su rápida reacción había sido un error.
Fuera del Gobierno, Vinicio Castillo, de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), fustigó al portavoz del Gobierno: dijo que “con un amigo como Rodríguez Marchena, Danilo Medina no necesita enemigo”… También expresó Castillo, tergiversando las declaraciones de Marchena, que lo que quería decir es que Medina tiene más seguidores que la Iglesia.
Sin embargo, los críticos de don Roberto, dentro y fuera del Gobierno, desconocían que con su rápida reacción él se adueñó del pleito que debía de ser con Medina, quien quedó resguardado. Entonces, se vio como un enfrentamiento entre un sector de la Iglesia y un funcionario de forma particular.
Pistoletazo de salida
Además desde que Roberto Rodríguez Marchena habló fue como el pistoletazo de salida de una carrera: llovieron las furiosas críticas de toda la naturaleza contra la Iglesia. No recordamos en los últimos cincuenta años que en tan corto tiempo la iglesia recibiera tantos ataques. Fue como desatar una caja de pandora y eso preocupa al mismo Vaticano y el papa, que están preocupados por el deterioro de la imagen de la “Santa Madre Iglesia”.
Manipulación de prensa
Sabemos que algunos lo hicieron por ignorancia, otros por manipulación; pero fueron incorrectos los titulares: “la iglesia critica el Gobierno”; “la Iglesia se opone a la reelección”; “la iglesia advierte sobre una posible dictadura en RD…”
No, no, no ni el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, Francisco Ozoria, cuando habla, o los curas en el Sermón de las Siete Palabras lo hacen a nombre o como voceros que engloba a la Iglesia Católica, como se hizo creer. El único vocero autorizado a hablar a nombre de la Iglesia es la Conferencia del Episcopado y lo hace en rueda de prensa y con documentos muy específicos y claros.
Huchy y Juan Bolívar
El profesor Manuel Núñez decía a un grupo de amigos, abogados e intelectuales en uno de los pasillos del Centro Cuesta del Libro que supuestamente las declaraciones de los curas fueron manipuladas por los periodistas opositores Huchy Lora y Juan Bolívar Díaz. Según Núñez, cuando Ozoria decía que la prensa quiere poner a pelear a la iglesia con el Gobierno, se refería supuestamente a ellos dos.
Sin embargo, otros señalan que el arzobispo metropolitano tenía una actitud hostil con el presidente Medina y su administración y que ante el mar de críticas al clero, él reculó.
Un elemento a tomar en cuenta, y eso le da méritos a Marchena, pues quien acude al Palacio Nacional es o son los representantes de la Iglesia. Medina no acudió donde el clero, sino el clero va a la casa de gobierno y allí se difunden las fotos de todos sonrientes y abrazándose. Además, antes del encuentro, inteligentemente el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, le pasa la mano por la cabeza e indica que el Gobierno respeta las declaraciones de los sacerdotes de las siete palabras. Eso fue bajando la tensión, allanando el camino para el encuentro del Palacio Nacional.
Mal parada
Con el desenlace del proceso, Danilo Medina y los sectores que propugnan por su reelección salieron beneficiados; y ese es uno de los méritos de Marchena: pues se acallan las críticas de algunos sacerdotes que insistían en hablar de “dictadura…” Ahora con la señal del encuentro, cualquier crítico católico va a reflexionar bien sus declaraciones.
Al final, la iglesia salió muy mal parada: en un breve tiempo se removieron viejos cimientos y cuestionamientos; que van desde denuncia de corrupción en la cúpula católica, violación de menores (curas pederastas); que la iglesia dominicana es oportunista, aprovechándose económicamente de la peor dictadura, la de Rafael Leónidas Trujillo Molina. Peor aún, después de ser por 30 años los sustentadores y beneficiaros de la sanguinaria tiranía, al ver que se tambaleaba, traicionaron vulgarmente a Trujillo. La queja es como los católicos vendían la idea que Trujillo era el mismo Dios, pero luego se convierte en el mismo Diablo.
En fin, en ese pleito se dijeron tantas cosas feas contra los curas, que no vamos a repetir aquí; pero dan la razón a Marchena cuando reprodujo un documento que sostiene que han bajado los feligreses en las iglesias. También al final la gente insiste en que Ozoria reculó y que fue al Palacio Nacional en busca de beneficios económicos para la cúpula de la iglesia.
En conclusión, Nuevoeco.net entiende que lo importante es que se haya aclarado cualquier malentendido; y creemos que fue lo mejor para el país: a nadie conviene pelear con el Gobierno ni con la Iglesia.
Sin embargo, con Roberto Rodríguez Marchena, un hombre educado y prudente, pero con determinación, se demostró que no hay miedo al viejo “cuco” de la Iglesia y que esta arcaica, empresa arrastra un gran desprestigio; pero que el papa Francisco quiere una Iglesia más honesta y cercana a los pobres del mundo.