Leonel no está en su mejor momento…

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Los leonelistas se han ido de bruces con sus celos tontos e infundados, como si los afectos, la admiración y la amistad tuvieran que fluctuar a partir de los humores o de los liderazgos de Leonel y Danilo, o por las transitoriedades del poder.

Hay que ser muy desorejado para confundir la admiración y la simpatía con el adocenamiento o la incondicionalidad, o perderse en los compromisos de gratitud en el sentido inverso… ¿Quién tiene que agradecerle a quién, si de eso se tratara?

La política jamás puede mirarse en esos términos, en especial cuando se trata de ser objetivo y proyectar los acontecimientos en perspectiva real, más allá de las complacencias y las conveniencias personales.

Analizar los vaivenes de la política en sociedades como la nuestra conducirá siempre por caminos subjetivos, lo que implica errar con frecuencia en cualquier apreciación que surja de la lógica, por elemental que parezca…

… De ahí las ocurrencias tan ilógicas que se han visto en los últimos años.

¿O puede tener sentido que al Presidente de mayor visión, al más exitoso en la aplicación de políticas públicas, al de mayores realizaciones sobre libertades y desarrollo humano se le quiera atribuir ahora la aplicación de métodos antidemocráticos en el ejercicio del poder?

Sólo el cretinismo, la envidia, el chiquitismo social pueden darle cabida a tales propósitos, como viene ocurriendo desde hace más de dos años contra el presidente Leonel Fernández de parte de una claque intelectual frustrada por su grandeza, por la de Leonel, por supuesto.

 Nadie debe confundirse
Danilo Medina está en su mejor momento, y discutir eso sería una tozudez. El retorno de Leonel no se ve claro aún, y el primero que conoce esa realidad es el propio Leonel.

Decirlo de esa forma y en ese tono no constituye un agravio a la amistad sincera y franca, y mucho menos desdice la admiración que se pueda tener por él. Es todo lo contrario, plantea una verdad que exige al partido gobernante un replanteo profundo de su método para escoger candidato. Todas las encuestas ñincluyendo aquellas que se hacen por encargo de partidos y líderes de la oposiciónñ, dejan claro que Danilo Medina ganaría de forma abrumadora una eventual repostulación. Algunas de esas mediciones colocan la aceptación de Danilo por encima de un 70 por ciento del electorado cuando falta más de un año para los comicios del dieciséis.

¿…Y entonces qué?
No es que Leonel Fernández esté en el piso, pero nada que ver con esa enorme popularidad que tiene Danilo. Cualquier escenario electoral sin Danilo proyecta una segunda vuelta. Y en un balotaje, nadie en sano juicio podría asegurar el triunfo de Leonel…

… Sencillamente porque Leonel aglutina en su contra a la oposición como ningún otro candidato, porque todo líder de su dimensión y destreza concita adhesiones incondicionales pero también provoca fanatismo contrario.

A los leonelistas del entorno, sin embargo, no les agrada escuchar esas verdades y prefieren cerrar ojos y oídos en carrera irrefrenada hacia la candidatura presidencial sin detenerse a analizar las consecuencias de una decisión que ñcomo decía hace unos díasñ pudiera poner en riesgo no sólo el retorno de Leonel sino acabar con la era del peledeísmo.

¿O es que no se quiere ver que Leonel no está en su mejor momento…? Tomado de listindiario.com

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