Por Fredy Fernández
Hay políticos que aún no entienden que «la pava no pone donde ponía». La oposición no ha podido adaptarse al nuevo contexto político y se resiste a aceptar que en esta ciencia inexacta lo «único constante es el cambio».
Por lo tanto, premisas falsas, la están llevando a conclusiones mucho más falsas. El país, dirigido por un líder transparente y sin demagogia, cambió sin darse cuenta en menos de cuatro años.
«El cambio, como dijo el Presidente en su discurso del 27 de febrero, es una realidad irrebatible». La oposición debe aceptar ya que la República Dominicana es otra y que funciona mejor, mucho mejor sin su mesianismo falso y el «eterno cuco de que sin ellos se hundía el país».
El escenario político no es el mismo; es otro muy diferente, pero muy diferente. La correlación de fuerzas ha cambiado radicalmente.
El PLD es una sombra difusa, una estructura anquilosada y obsoleta. La FUPU es un cascarón sin nada dentro, un megáfono que no asusta, y el PRD está como las vacas de la Línea «que en vez lo que dan es pena».
Atrás quedó el monolítico comité político y la todopoderosa OTAN, la fábrica de presidentes colapsó dejando un desagradable olor a ruinas en su estrepitosa caída. La estrella amarilla se apagó con la rapidez de un fósforo abatido por la brisa, el «buey ya no jala» y la flor de cayena «ni fu ni fa», «ni es carne ni es pescado, no da señales de vida, parece que pereció en el parto de febrero.
La batalla de la oposición está irremediablemente pérdida. Están muertos y no lo saben, andan dando tumbos como zombis que creen que están vivos, pero que ya tienen fecha para su entierro. El domingo 19 de mayo de 2024.
No hay forma de escapar del entierro. Un diestro sastre le hizo la mortaja en febrero, un experimentado carpintero está construyendo su ataúd y miles de sepultureros los enterrarán con sus votos en mayo.
Es «crónica de una muerte anunciada». La oposición no tiene chance. El tsunami presagiado por Paliza acecha en el horizonte. Debe ser muy doloroso asistir a una batalla que de antemano hasta «los chinos de Bonao» saben que está perdida.
A veces, la justa venganza de un pueblo es lenta y tarda más de lo normal en llegar, pero cuando finalmente llega, su martillo golpea sin piedad. La oposición, que se creía que el poder era eterno, tendrá que entender en su doloroso ocaso, que por ahora no son una opción de poder.
Por los resultados de febrero el partido gobernante sabe que amenazan con un «revólver de mitro». EPD la oposición. Paz a sus restos. Así sea.
El autor es politólogo