Inseguridad ciudadana

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Un sondeo entre mis pacientes me lleva a la conclusión de que por lo menos dos de cada tres adultos han sido asaltados en la ciudad de Santo Domingo en los últimos cuatro años.

 

¿Qué cosas debe saber la Policía sobre los rasgos generales de los asaltantes?

Son seres humanos jóvenes de 15 a 30 años.

Delgados. Con zapatos deportivos. Pantalones jean.

Cachucha, a veces al revés. Lentes oscuros.

Tatuajes en los brazos.

Casi siempre una o dos motorcicletas de las llamadas saltamontes, es decir de fácil desplazamiento.

Pelados al raspe con un cerquillo sobre la frente.

Dominan el arte de la persuasión y de actuar por sorpresa.

Armados de pistolas, casi siembre “sobadas”.

La operación dura menos de 5 minutos: “esto es un asalto… entrégueme tal cosa”..

Hace cuatro años, frente a un centro de votación, fui asaltado entregando de inmediato mis lentes y mi anillo de graduación universitaria.

Ocurre en horas laborables, garantizando una retirada rápida por las calles aledañas.

Proceden de la parte alta de la ciudad y salen a “patrullar a diario”. La zona de los riquitos y lugares apartados constituyen sus áreas de operaciones.

Es un “trabajo” muy lucrativo que cuenta con la complicidad de compraventas, joyerías y tiendas de artículos robados.

Por ejemplo hay de todo en ese bazar: expendio de retrovisores, de tapabocinas, de monturas de lentes, anillos y cadenas.

Esos motoristas no llevan cascos ni poseen licencia de conducir, mucho menos placas (matrícula).

La mayoría tiene fichas previas en las instituciones policiales.

No tienen escrúpulos cuando su vida está en peligro o cuando la víctima forcejea, para “pegarle un tiro”.

En Santiago la hija de un médico fue asesinada para quitarle un celular y recientemente aquí en el Gran Santo Domingo dos jóvenes universitarios han perdido la vida en hechos parecidos.

Se especializan: desprendedores de cadenas, relojes, celulares y espejuelos. Es una labor de segundos, que se realiza con su motor en marcha, o cuando usted va en su vehículo con el vidrio bajo.

Vecindad de los bancos.- persiguen al que hace un retiro, lo bloquean y lo obligan a entregar el dinero.

Secuestradores.- Son capaces de poner objetos sonoros en la defensa trasera de su vehículo a fin de que usted se detenga a pocos metros y ahí disponer de usted y de su vehículo.

Extorsionadores telefónico.- Aseguran que poseen de usted información comprometedora y que “quieren entregársela”.-

Recientemente se ha detectado una banda que secuestra a camioneros, los matan y se dirigen al vecino Haiti a vender sus vehículos.

Muchos de estos operativos se dirigen desde las cárceles por especialistas electrónicos y clona tarjetas que son agentes del mal.

El gobierno reelecto tiene en sus hombros complacer la demanda número uno de la ciudadanía: la seguridad personal y el combate del crimen organizado.

Los niveles de complicidad y colindancias con “autoridades” policiales y judiciales han sido puestos en evidencia en varios casos.

Con esta descripción me siento hasta ridículo, diciendo lo que todos saben, incluyendo a Guilliani, experto norteamericano que vino a asesorar a Luis y que espero que ayude a Danilo.

Necesitamos acciones más profundas; estudios de criminalísticas actualizados e infiltración despiadada de esas madrigueras en donde salen a diario decenas de delincuentes a matar…. Autor: César Mella, psiquiatra

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