Filósofos y la corrupción

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Fortificado en la esperanza no se debilita el anhelo de que sean tratados igual los iguales, que le pongan la venda a la justicia

La opresión de no poder defenderme de que me cobren más impuestos que causan escasez, me niega soportarlo, protesto en silencio y en estos escritos. Me pregunto ¿dónde está la conciencia de los hombres? La actuación la niega, no la siento. Es necesario mantener latente la pasión y el amor entre los hombres.

Gracias a las neuronas bien recuerdo las lecturas en Cannes, Francia, hace sesenta y dos veranos, prefería: La vida de los filósofos ilustres escrita por Diógenes Laercio. La historia de Roma y Plutarco con vidas Paralelas me guiaron a conocer facetas de seres humanos inolvidables que enseñaron a vivir y amar como el sumo bien.

Los males sociales e injusticias que estamos palpando, la corrupción protegida por la impunidad me impulsan a abrir mi cuaderno de Bitácora.

Platón: Yo os declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte.

Antístenes: El pueblo que no distingue los hombres buenos de los malos, está perdido.

Scaevola: La ley es un asno que solo se permite montarlo al gobierno.

Aristóteles: El hombre perfeccionado por la sociedad es el mejor de los animales; pero el más terrible cuando vive sin ley ni justicia.

Cicerón: El que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia, es más culpable que el que le corrompe con dinero.

Demócrito: Los avaros son comparables a las abejas, trabajan como si fueran a vivir eternamente.

Esquilo: La mayor parte de los hombres, falseando la verdad, quieren aparentar ser mejores.- El que acaba de hacerse con  el poder es siempre de condición severa.

Epicuro de Samos: ¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.

Séneca: Lo que decide un caso sin oír a la otra parte, aunque decida justamente no puede ser considerado justo.

Sófocles: No es posible conocer el alma, los sentimientos de un hombre hasta que los hayáis visto cual como un poderoso y aplicar las leyes

Sócrates: El orgullo divide a los hombres, la humildad los une.- Podrá vivir bien pasiones el que viva bien, es decir, el que viva con su conciencia tranquila.

Solón: A menudo el odio se disfraza con una careta sonriente  y la lengua se expresa en tono amistoso, mientras el corazón está lleno de hiel.- Las leyes son semejantes a las telas de araña; detienen a lo débil y ligero y son deshechas por lo fuerte y poderoso.

Publio Virgilio: No cedas frente a los malvados, sino oponte a ellos ardientemente.- Cada cual es arrastrado por sus propios placeres.

Plutarco: El rey Licurgo con su edicto indicaba que la riqueza no proporciona la par del alma, menos la importancia de la amistad, la armonía del amor a los otros. Se separa de las cosas sencillas y bellas en cada orto.

Cierro mi bitácora. Vuelvo a esta sociedad degradada que nos ofrece observar y cuando se tienen millones de pesos la corrupción está más cerca y se ofrece, presenta muchas veces por dinero. No es nada fácil ser honesto y rico. El político millonario tiene la desventaja de ser libre hasta el punto de vista moral, el maridaje con el erario nada puede borrarlo. Con claridad se nota que el avaro es un desordenado de acumular, y por lo regular no sabe para qué.

El ejercicio político exige la obligación moral  que no puede cumplirla una mente buscadora de riquezas, huérfano del sentimiento de reserva hacia lo que puede tener relación con lo penoso de la propia dignidad, solo el dinero.

Por hoy concluimos  con el Concilio de Lerán: Lo que se hace contra la conciencia, construye cual al infierno. Autor: Néstor Julio González Díaz, vicealmirante retirado de la Armada Dominicana

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