Puerto España, Trinidad y Tobago.- El embajador de la República Dominicana en Trinidad y Tobago, doctor José Serulle Ramia, advirtió este miércoles que los Estados y pueblos tienen la responsabilidad en el 2020 de invertir más en la protección y cuido de la naturaleza, ante la grave crisis que amenaza la casa común.
“En efecto, son muchos los retos que tienen por delante los Estados y pueblos, no importa los niveles de desarrollo socio-económicos y culturales que exhiban o el buen desempeño que muestren en lo que concierne al cuido de la naturaleza”, expresó.
El diplomático dominicano acreditado en la República de Trinidad y Tobago en un mensaje de Navidad y Año Nuevo llama a los gobiernos a comprometerse con el desarrollo socio-económico que no ponga en peligro el planeta.
El embajador Serulle Ramia, decano del Cuerpo Diplomático en Trinidad y Tobago, se expresó preocupado por los tímidos esfuerzos que se hace para evitar los efectos que está produciendo el cambio climático a la tierra.
Indicó que lo “cierto es que las naciones, Estados y pueblos deben marchar de la mano, porque es de la única forma que se logra el desarrollo integral, la solidaridad, la protección real de la casa común, nuestra aún hermosa Tierra, el progreso material y espiritual y la auténtica paz”, expresó Serulle Ramia.
“La República Dominicana, su laborioso pueblo, su gobierno y su Estado, desean continuar trillando en el nuevo año 2020, los mejores vínculos de fraternidad con el pueblo de Trinidad y Tobago, y ensanchando las vías de los intercambios recíprocos con miras al logro de metas superiores de desarrollo. Esto, en sí, es garantía de que juntos contribuyamos a seguir forjando un Caribe de unidad de pueblos, preservación de sus bellos colores y felicidad de su gente”, manifestó el también Representante Permanente del país ante la Asociación de Estados del Caribe (AEC)
Señaló que “más, estos desvelos de felicidad se convierten en fuerza material para la conquista de una humanidad más consciente de la necesidad de construir, en el esfuerzo colectivo, un mundo de entero florecimiento, de la convivencia pacífica, del respeto de la diversidad biológica y cultural, y de la justa distribución de los conocimientos adquiridos y de las riquezas producidas por los pueblos”.