El valor de lo espiritual

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En los  últimos días las gentes solo se está preocupando por lo material, le dan más importancia al dinero, a los títulos universitarios, a lograr riquezas, tener privilegios, concentrado en la vanidad de este mundo, pero se han olvidado de Dios y de la cosa espiritual.

Sabiendo, que mientas usted dispone el corazón para Dios y las cosas espirituales mejor bendiciones le dará el Señor.

Muchas personas, que tienen un velo en los ojos, que no han recibido al Dios en su corazón, lo que están preocupado por  la vanidad de este mundo, acumular prebendas, viajar, solo se concentran en lograr bienestar, no ayudan al prójimo, porque falta de tener el amor del Todopoderoso en su corazón.

Mi querido y hermano es importante reconocer que el único que cambia, transforma y da felicidad es Cristo Jesús, lo demás es pasajero.

Si te afana por lo de este mundo, de nada de vale, porque todo pasará, ahora bien si busca la presencia de Dios, alcanzara paz, armonía, felicidad gozo, paciencia, amor, y va lograr alcanzar el premio más grande  la vida eterna.

Te exhorto a reflexionar, en las cosas espirituales, se sabio e inteligente, apártate del mal, de las cosas de este mundo, el alcohol, los vicios, los deseos de la carne y busca la felicidad que solo la va encontrar aceptando a Cristo en tu corazón.

“La obra de la carne, se practica  desde la   Ley de Moisés”, que no trabaje el sábado, no coma carne de cerdo, supuestamente para agradar a Dios. Entonces la gente se convertía en infractores de la ley.

En el tiempo de la ley de Moisés la gente vivía en adulterio, robando, por la razón que no tenían el espíritu santo.

Es mejor vivir en el espíritu y no vivir, en la ley antigua en lo de la antigüedad  haciendo la obra de la carne.

Las obras de la carne son; adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidia, homicidios, borracheras, y cosas semejantes a estas. Según la Santa Biblia, en Gálatas, 5: 16- 23.

 

En cuando al pecado, esto viene desde la antigüedad, es decir desde la ley de Moisés. Porque este entonces la gente siempre vivía en el pecado.

En cuando el guardar el sábado esto se hacía era en la antigüedad, es decir representa la ley de Moisés. “Jesús es nuestro reposo y sábado”.

Dios manda a que nos consagremos a el que lo santifiquemos, que lo amemos, y que le demos siempre el primer lugar a él en todo.

Por: Salvador Ramírez Peña, periodista

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