Yo opino, pero no entiendo nada

Por: Claudia Fernández

Panorama Opinión. Inercia, dejadez y desidia, tres males que nos circundan. Ese es el fruto de las “dominicanadas” o estupideces judiciales, políticas y sociales del patio grande que conforma nuestro país.

Preguntas, preguntas y más preguntas se generan cuando vemos el deterioro de nuestra sociedad, especialmente por decisiones de las máximas autoridades que deben velar y preservar nuestros derechos.

Por ejemplo, el hoy sujeto de investigación por el apagón semafórico que hizo temblar al Gran Santo Domingo, Jochi Gómez, se destapa con que tiene un contrato suscrito con el Ministerio de Defensa, precisamente para salvaguardar la seguridad nacional, desde el inicio del presente gobierno (2020).

Todo ocurre en medio de una actividad sin pies ni cabeza, convocada por el exsecretario de Estado y exdirector de la funesta Agencia Central de Inteligencia del Tío Sam, Mike Pompeo, en la que el empresario fungió como moderador. Me rasco la cabeza, pero realmente no entiendo. ¿Qué hace o qué busca Pompeo? ¿Algún contrato con la Dirección Nacional de Inteligencia? Otra rascadita de cabeza, esta vez en la coronilla.

Otra cuestión que encuentro inaudita e inexplicable, es el “secuestro” del comandante de la cárcel del 15 de Azua y un agente penitenciario, a ¡punta de pistola! por un recluso condenado a 20 años, léase bien, CONDENADO, precisamente por el asesinato de un miembro de la institución del orden público, a la que perteneció en un momento dado.

¿Cómo pudo este señor, conseguir un arma dentro del penal?, y además secuestrar durante horas, nada más y nada menos que al jefe de la cárcel, ¡y en su despacho! Vuelvo a rascarme la cabeza. No entiendo nada.

Solicitó la mediación de la prensa para salvaguardar su vida, pero terminó, muerto por el operativo policial. ¿Qué sucedió?, nadie sabe ni sabrá, otro misterio sin resolver. Me rasco el cráneo completo. No entiendo.

Otro episodio reciente fue el desistimiento del Ministerio Público de continuar la investigación del asesinato de la joven Paula Santana, liberar a los sospechosos por “falta de pruebas”, ahora se argumenta que el INACIF no encontró pruebas irrefutables para mantener la coerción. ¿No será que la mala instrumentación de expedientes de parte del Ministerio Público obstaculiza la investigación? Ahora sí me duele el cráneo de tanto rascarme.

Recuerdo mi pasantía en la Fiscalía de Santo Domingo Este (2014), en la que me tocó chequear y corregir las fallas gramaticales de los sometimientos. Vergüenza y estupor, me causaba, ver las “barrabasadas” que estos fiscales cometían y pienso que deben seguir haciéndolo, es la falta de preparación real, aunque, claro está, hay excepciones. ¡Mi Madre! Cuanta basura en esos expedientes. Ya no me rasco, ahora me voy arrancando los cabellos de la desesperación.