Boston, Massachusetts- Unas pocas horas antes de que Britney Gengel, de 19 años, fuera sepultada viva en el terremoto de Haití en 2010, envió a sus padres un mensaje con su último sueño: «Quiero mudarme aquí y abrir un orfanato».
Casi cinco años después, sus padres han cumplido su deseo, construyendo un complejo con forma de B que acoge a 33 niños y 33 niñas, uno por cada día que estuvo desaparecido el cuerpo de su hija en las ruinas del hotel donde se alojaba.
El último mensaje de Britney cambió por completo las vidas de sus padres.
Tras la muerte de su hija, los Gengel formaron una organización sin fines de lucro, Be Like Brit, y abrieron un orfanato en Gran Goave, una localidad unas 30 millas al sur de la capital haitiana, Puerto Príncipe. Ahora dividen el tiempo entre Holden, Massachusetts, y Haití. El padre de Britney, Len, ha hecho el viaje a la isla caribeña 66 veces.
«Vemos el mensaje de Brit como un regalo para nosotros, que tres horas antes del terremoto nos enviara ese mensaje de texto y encontrase eco en nosotros», dijo Len Gengel en una entrevista desde Haití. «No hay alivio para la pobreza aquí, y hacemos todo lo que podemos para ayudar a la comunidad en la que vivimos».
Britney estudiaba en la Universidad de Lynn en Boca Ratón, Florida, cuando viajó a Haití para entregar comida a niños con Food for the Poor, una organización benéfica religiosa con sede en Florida.
El viaje pronto se convirtió en una pesadilla para la familia. Después del terremoto el 12 de enero, los responsables de la universidad dijeron primero a los padres que Britney estaba desaparecida. Después les dijeron que se la había rescatado y viajaba a Florida en un helicóptero. Sintiéndose aliviados, Len y Cherylann Gengel viajaron de inmediato a Fort Lauderdale para reunirse con su hija.
Pero una vez allí, descubrieron que había habido un terrible malentendido. Britney estaba muerta.
Recuperar su cuerpo de las ruinas del hotel Montana llevó 33 días.
«El mayor desafío es que tenemos corazones rotos», dijo Len Gengel. «Todo el mundo aquí se vio afectado por el seísmo. No encuentras a nadie que no perdiera a un ser querido. Ayuda estar con gente que entiende nuestro dolor».
El gobierno haitiano estima que 300.000 personas murieron y 1,5 millones se quedaron sin hogar tras el temblor, de magnitud 7,0. La inestable construcción en todo el país fue un factor importante en la cifra de víctimas.
Para Len Gengel, con 30 años de experiencia en la construcción de viviendas, levantar un orfanato que pudiera soportar otro terremoto era la máxima prioridad. Trabajó con una firma de ingeniería para elaborar el plano de un edificio flexible pero resistente.
Hace poco instaló 96 paneles solares, y quiere hacer el complejo autosostenible. El campus incluye una plantación de frutales y huerta. Su próximo paso es construir acequias y sumideros para recoger agua.
Gestionar el centro cuesta unos 75.000 dólares al mes, pagados con donaciones y viajes de voluntariado. El personal lo forman 78 haitianos y dos estadounidenses.
Los voluntarios pagan una cuota fija de 1.750 dólares semanales que incluye el viaje, el alojamiento y las comidas. También hay un programa de apadrinamiento en el que la gente dona 33 dólares mensuales para ayudar al orfanato con los gastos operacionales. Ahora hay más de 300 padrinos.
Los Gengel, ahora retirados, donan todo su tiempo y esfuerzos al orfanato y la fundación. Cherylann gestiona las operaciones en Estados Unidos de Be Like Brit.
«Como estadounidense, vine a Haití pensando que iba a ayudar a Haití», dijo Len Gengel. «Pero en realidad, Haití me ayudó a mí». Tomado de diariolibre.com.do