Washington, D.C., 4 de marzo de 2015 (OPS/OMS) — Nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan que adultos y niños reduzcan su ingesta diaria de azúcares libres a menos del 10% de calorías totales. Las directrices señalan que una reducción aún mayor, al menos del 5% –o aproximadamente seis cucharaditas por día en una dieta de 2.000 calorías–, proporcionaría beneficios adicionales para la salud.
Las directrices, publicadas hoy, se formularon según el proceso riguroso de la OMS para la formulación de directrices y se basan en las últimas evidencias científicas, con los aportes de científicos líderes de todo el mundo y mediante un proceso consultivo mundial abierto.
«El azúcar no es un nutriente esencial y hay evidencia sólida que muestra que en realidad puede ser perjudicial al contribuir al sobrepeso, la obesidad y la caries dental», sostuvo Enrique Jacoby, asesor en alimentación sana y vida activa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la oficina regional de la OMS para la región de las Américas. «Estas directrices ayudarán a los países a elaborar políticas y acciones para reducir el consumo de los azúcares para mejorar la salud de la población».
Los azúcares libres se refieren a los monosacáridos (como la glucosa y la fructosa) y los disacáridos (como la sacarosa o el azúcar de mesa), que se agregan a los alimentos y las bebidas por el fabricante, el cocinero o el consumidor, así como azúcares que están naturalmente presentes en miel, jarabes, jugos de fruta y concentrados de jugo de fruta. Las directrices no se refieren a los azúcares de las frutas frescas y verduras o los azúcares presentes de forma natural en la leche, porque no hay evidencia sobre los efectos adversos de consumir estos azúcares.
Las pautas se basan en evidencia científica reciente que indica que los adultos que consumen menos azúcares tienen un peso corporal menor y que el aumento de la cantidad de azúcares en la dieta está asociado con un aumento de peso. La investigación también indica que los niños con un mayor consumo de bebidas azucaradas tienen mayores probabilidades de tener exceso de peso o ser obesos que niños con un consumo bajo de bebidas endulzadas con azúcar.
Otros estudios revelan que las tasas de caries dental son mayores cuando la ingesta de azúcares libres supera el 10% de las calorías totales, en comparación con una ingesta inferior al 10%. La recomendación de que el consumo de azúcares libres sea inferior al 5% se basa en estudios ecológicos basados en la población que revelaron una reducción de la caries dental en los países donde la disponibilidad de los azúcares descendió drásticamente.
Crece el consumo de alimentos procesados en América Latina
Una gran parte de los azúcares que son consumidos actualmente están “escondidos” en alimentos procesados que no son considerados como dulces por los consumidores. Por ejemplo, una cucharada de kétchup contiene alrededor de 4 gramos (cerca de una cucharadita) de azúcares libres. Una lata de refresco endulzado con azúcar tiene hasta 40 gramos (cerca de diez cucharaditas) de azúcares libres.
Un estudio reciente de la OPS/OMS en 12 países latinoamericanos revela que el consumo de alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas aumentaron en casi un tercio en promedio entre 1999 y 2013, y en tres de los países (Bolivia, Perú y Uruguay), el consumo superó el doble. El estudio también reveló que el índice de masa corporal (IMC) se incrementó en los 12 países durante el mismo período y que los aumentos de IMC estaban correlacionados positivamente con los aumentos de ventas anuales per cápita de productos ultraprocesados.
Para revertir estas tendencias, los países miembros de la OPS/OMS adoptaron en 2014 un Plan regional de acción para la prevención de obesidad en los niños y los adolescentes, que insta a adoptar medidas que incluyen la restricción a la comercialización de productos alimentarios y bebidas ultraprocesados a los niños, el aumento de los costos de estos alimentos mediante impuestos, el incremento de la producción y accesibilidad de alimentos frescos saludables y la formulación de nuevas directrices para los programas alimentarios escolares y preescolares y para la venta de alimentos y bebidas en las escuelas.
«Estas nuevas directrices de la OMS ayudarán a los países a formular sus propias directrices alimentarias como parte de la implementación del Plan de acción sobre obesidad de niños de la OPS», indicó Jacoby. «La idea es reducir el consumo de los alimentos ultraprocesados y de los azúcares escondidos, al tiempo que se promueven los alimentos locales y las tradiciones culinarias», explicó.
Las nuevas directrices forman parte de los esfuerzos progresivos de la OPS y la OMS para promover la prevención de las enfermedades no transmisibles (ENT), como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes. Estos esfuerzos están enmarcados por el Plan de Acción Mundial de la OMS para la Prevención y el Control de las ENT 2013-2020, que requiere detener el aumento en la diabetes y la obesidad y reducir la carga de mortalidad prematura debida a estas enfermedades el 25% para 2025.