Antes de comenzar a detallar los mitos, mentiras y manipulaciones de la Iglesia para subyugar y aprovecharse de la ignorancia de la gente, debo puntualizar que el tema del aborto no es asunto de religión o de fe, sino de educación y salud.
No es cuestión de sacerdotes o pastores evangélicos, sino de la ciencia y sólo atañe a los profesionales de la salud y a la libre elección de la mujer, a la que se le debe educar desde niña.
La jerarquía católica dominicana no se ha enterado que una niña pakistaní, Malala, ganó un premio Nobel de la Paz pidiendo, precisamente, educación para las niñas. La Iglesia tiene una visión musulmana-fundamentalista de la mujer, porque tiene más de 500 años manipulando los creyentes.
Los farsantes llegaron al continente americano con el cruzado almirante Cristóbal Colón en 1492, dizque para evangelizar al Nuevo Mundo, es decir, a los nativos que llamaron indios. Robaban, mataban, violaban y todo en el nombre de Dios.
Un cacique de la Española, llamado Hatuey, fue apresado y condenado a morir en la hoguera en Cuba. Un sacerdote le pidió que se convierta al catolicismo para que su alma fuera al cielo. El cacique respondió que si los españoles iban al cielo él no quería reunirse con ellos allá.
Hatuey fue torturado con sádico goce y quemado en febrero de 1512, describe el profesor Juan Bosch en su libro (página 88) “De Cristóbal Colón a Fidel Castro: El Caribe Frontera Imperial”.
Otra manipulación la cuenta Bosch en la misma obra en la página número 70. En una desigual batalla en el valle del Cibao los tainos fueron arrollados, acuchillados. Los españoles se inventaron que cuando los indios quisieron quemar una cruz que habían plantado los conquistadores, apareció sobre la cruz la Virgen de Las Mercedes, lo cual aterrorizó a los nativos haciéndolos huir despavoridos y así lo españoles ganaron la batalla.
Bosch narra que es difícil creer y mucho más difícil explicar cómo la Virgen de Las Mercedes podía ponerse del lado de la causa equivocada, de los verdugos que estaban aniquilando los aborígenes, que eran los más débiles y además los dueños naturales de las tierras y sus riquezas. Pero la “tradición” arraigó, y allí donde dijeron los saqueadores españoles que estuvo la cruz hay hoy un templo dedicado a Las Mercedes. Es un centro de peregrinación en que el Día de Las Mercedes, 24 de septiembre, miles de incautos acuden al lugar. Es, además, la patrona de los militares del país.La Iglesia fue el soporte de la dictadura más sanguinaria (recibía luengos beneficios del régimen, sin importar los crímenes) de Rafael Leónidas Trujillo Molina. Había un merengue que decía: “Es nuestra patria cristiana y por tanto trujillista, que reconoce a Trujillo Jefe anticomunista”.
El sátrapa fue condecorado como miembro de la realeza vaticana: El papa Pio XII, el 16 de junio de 1954, le entregó la Gran Cruz de la Orden Papal. Peor aún, después de 30 años beneficiándose de la tiranía, cuando esta se tambaleaba, le sacaron la alfombra.
Luego, progresista y honesto, llegó Juan Bosch al gobierno en 1962. Primero trataron de impedir su triunfo electoral acusándolo de comunista. Después urdieron un golpe de Estado, sin importar el bienestar del país y toda la sangre que se derramó a partir de ese echo funesto.
Todo fue porque Bosch había dicho que iba a implementar la educación hostosiana, que es contraria a la atrasada enseñanza católica. Eugenio María de Hostos creó un dinámico sistema educativo que despierta las inquietudes de investigación en los estudiantes con un espíritu crítico progresista.
En la actualidad, la Iglesia, aunque sin el poder de antaño (esta es la era de la tecnología y la información), quiere imponer su criterio fundamentalista sobre el aborto, amenazando hasta con excomulgar al presidente Danilo Medina, que ha tenido una posición digna de un gobernante que no se quiere dejar manipular. Autor: Roberto Valenzuela