El gobierno municipal de Roberto Salcedo es un modelo agotado que no tiene nada nuevo que ofrecer a quienes votamos por él y demás capitaleños. Él sabe que concluyó su ciclo y trató de utilizar su popularidad para conquistar otro estamento del Estado: la Presidencia de la República y/o la vicepresidencia. Trató de ser “vice” del expresidente Leonel Fernández, pero el colapso del exgobernante lo arrastró y de mala manera.
Si no es propiamente un “golpe de Estado”, se están utilizando “los recursos del Estado” para derrotarlo. El presidente Danilo Medina y sus seguidores le están cobrando una vieja deuda: No le perdonan que los abandonara siendo ellos que lo auparon para que pasara de comediante (productor de televisión) a miembro del Comité Central peledísta y luego alcalde de la principal plaza política, el Distrito Nacional. La artillería pesada del danilismo en el gobierno y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), está impulsando la candidatura de Domingo Contreras.
Si Contreras no tuviese los recursos del Estado hace rato que hubiese desistido de sus aspiraciones, ya que resultan muy costosas las campañas de posicionamiento frente a un contendor con mucha popularidad. Si vemos la opulencia de sus promociones en la radio, televisión, periódicos, vallas gigantes y las encuestas pagadas parece un candidato presidencial en el gobierno. No en una simple campaña interna.
Todo se enmarca en seguir desplazando al maltrecho “Grupo Leonel” de las plazas generadoras de empleos, que es la fortaleza de los políticos clientelistas-populistas. La Alcaldía de la capital es un nicho de poder de los dirigentes leonelistas, incluyendo a Omar Liriano, vocero de Salcedo y maestro de ceremonia de Fernández, dentro y fuera del gobierno.
Paradójicamente, al que conviene la candidatura de Roberto es a los que quieren dar el “golpe de Estado”. ¿Por qué? Las tres figuras más populares en el PLD son Danilo, la vicepresidenta Margarita Cedeño y el alcalde de la capital. La candidatura de Salcedo sumaría más votos a Danilo, como candidato presidencial; y arrastraría a una mayor cantidad de regidores, que en su mayoría son danilistas. Como los síndicos con su popularidad arrastran a los regidores, con Domingo el PLD perdería muchos de estos.
Otra guerra Leonel-Danilo que se avecina, además de la existente en Santiago de los Caballeros, es con el presidente de la Cámara de Diputados, Abel Martínez, que anunció que aspira a ser alcalde de esa ciudad. Pero es del “Grupo Leonel”. Esto agrega más confusión, confrontación y desazón. El connotado miembro del Comité Político del PLD, Euclides Gutiérrez Félix, fue “dictatoríamente” a Santiago y proclamó candidato a síndico en un acto, “por orden” del Presidente, a Monchy Rodríguez, director de los Comedores Económicos. Luego de las lamentaciones de los precandidatos, el secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez, desautorizó a Euclides y aclaró que allí el Partido no tenía candidato oficial.
Otro lío feo lo tiene el PLD en Santo Domingo Este con una de sus figuras más respetadas desde la época de Juan Bosch, el diputado y candidato a alcalde Manuel Jiménez, quien sentenció que si el gobierno vuelve a imponer al actual síndico, Juan de los Santos, abandona la organización. El cantautor dijo que será candidato “independiente”.
En Azua una parte importante de los leonelistas negoció con el Partido Revolucionario Moderno (PRM), que llevará al renunciante diputado peledeísta Víctor Sánchez como candidato a senador. Este es muy cercano al exgobernante y al exministro Administrativo de la Presidencia, Luis Manuel Bonetti.
Los conflictos internos abarcan todo el país y son más complicados de lo que se pensaba originalmente: No hay un solo municipio que no tenga problemas. Todo indica que de no buscar una solución satisfactoria con Leonel y su grupo, el triunfo del PLD en las elecciones está amenazado, tanto a la Presidencia de la República como los demás cargos. Nadie gana dividido, aunque el enemigo sea débil.
Yo descarto que Fernández renuncie para fundar el “Partido Leonelista” u otra organización. Permanecerá en el PLD luchando por su control, aunque de forma desigual. Leonel es más débil porque no tiene el control del Estado benefactor. Autor: Roberto Valenzuela