Factoría arroz cambia vida parceleros Nisibón

Esta vez el sorprendido fue Danilo. En su visita sorpresa a Las Lagunas de Nisibón, entre los regantes productores de arroz encontró a Pindingo a quien conoció (y aprecia) desde aquellas luchas políticas y sociales de treinta años atrás.

Había ido el presidente de la República hasta Nisibón, provincia La Altagracia, porque le habían dicho que los parceleros miembros de la Asociación de Juntas Regantes tenían bloqueada su prosperidad a falta de una factoría.

Efectivamente, comprobó, porque lo escuchó y sabe que los pequeñitos productores de arroz no le hablarían mentiras: “Con la parcela madura, a punto de corte, nos decían que no podían cortar en esta época porque no había quién lo recibiera”.

Un ardid de quienes detentan poder de molienda para obtener mayores beneficios.

“Cosechábamos el arroz y teníamos que vendérselo a bajos precios a personas del Cibao”.

Para liberarlos del abuso de poder, el presidente Medina, vía el FEDA, les aprobó un préstamo de 20 millones de pesos para comprar un terreno y tener su factoría.

Un dato adicional a destacar, las maquinarias fueron fabricadas en República Dominicana por mecánicos y obreros dominicanos. Nada de importarlas.

Unas 200 familias de la Asociación de Regantes se benefician pero, ahora, con la construcción y operación de la factoría hay que incluir entre los beneficiados a los obreros que allí trabajan.

La factoría cambió dos situaciones: los parceleros ganan más por el arroz que siembran y cosechan y sus vecinos y compueblanos compran arroz más barato.

Pindingo (Pedro Domínguez) comenta, con mucha gracia, que la factoría les ha traído un cambio, “un salto de la tierra al cielo”, que es como debería decirse y dice un trabajador de la tierra.