Santo Domingo, RD.-El embajador de Estados Unidos, James W. Brewster, aseguró este miércoles que la corrupción permea todos los estamentos de la sociedad y dijo que cada empresario que conoce, ya sea estadounidense o dominicano, menciona ese punto como el mayor problema en el país.
“La corrupción es un cáncer; retrasa el crecimiento, afecta negativamente el comercio, e impide la aplicación justa de la ley. Muchas veces escucho el temor de potenciales inversionistas estadounidenses de que recibirían un trato injusto, que se les exigiría pagar sobornos, o que serían marginados del mercado”, advirtió al participar en el Almuerzo de Acción de Gracias de la Cámara Americana de Comercio República Dominicana (Amchamdr).
Brewster no se anduvo con rodeos, al referirse al tema, y entre los asistentes al evento, efectuado en el hotel El Embajador, se escuchó a más de uno decir en tono bajo que “el hombre bajó duro con el tema”.
La corrupción a la que se refiere el diplomático no es solo aquella en la que un agente de la Policía le exige dinero a un ciudadano para no apresarlo o para ser indiferente frente al delito. Brewster incluyó en ese círculo a distintos sectores del país y una de las formas de hacerlo fue a modo de pregunta.
“De los que estamos aquí, ¿a quién le han pedido un soborno?, ¿Quiénes entre nosotros conoce a alguien que haya recibido un contrato sin haber agotado el proceso debido de licitación?, ¿Cuáles de nosotros conoce a un político que haya sustraído fondos públicos? ¿Quiénes aquí conocen a algún juez que haya recibido un soborno para soltar a algún preso antes de tiempo? Y la pregunta final: ¿qué hemos hecho al respecto?”, expuso.
En su exposición resaltó que hoy, más que nunca, los Estados Unidos tiene fuertes inversiones en la República Dominicana, en su gente y en su futuro. Dijo que algunos pocos políticos han estado criticando a la embajada y a su propia persona por estar demasiado involucrados en asuntos dominicanos.
“Ellos dicen que cuando yo hablo, cuando abogo por alguna acción, cuando hablo a favor de alguna reforma, estoy violando la soberanía de la República Dominicana. ¿Qué me da ese derecho?”, se preguntó. Y enseguida planteó que los dos países (el dominicano y EE.UU) están entrelazados de manera tan cercana que a veces es imposible distinguir entre los dos.
En otra parte de su exposición aseguró que la criminalidad sigue siendo un problema. “A nivel nacional, estamos trabajando en colaboración con nuestras contrapartes dominicanas para mejorar la efectividad del gobierno en la prevención y persecución del crimen. Hemos trabajo estrechamente con el procurador general Domínguez Brito”, indicó.
Agregó que la embajada norteamericana en el país ha trabajado también con la Procuraduría General y con la Policía Nacional para implementar reformas sistémicas, reducir los retrasos en el procesamiento de los expedientes, mejorar las investigaciones y aumentar la tasa de condenas.
Planteó que aquellos países que cuentan con bajas tasas de criminalidad atraen más inversión nacional y extranjera. “Por tanto, nuestra embajada ha estado trabajando con el gobierno para mejorar la seguridad ciudadana y el acceso a la justicia”, expuso.
De otro lado, dijo que “a pesar de que el crecimiento económico de la República Dominicana ha sido fenomenal, esconde elevados niveles de desigualdad que permean la sociedad dominicana.
“Los pobres, las personas discapacitadas, las personas que viven con VIH/SIDA, los indocumentados de ascendencia haitiana y los miembros de la comunidad GLBT sufren una amplia y profunda discriminación y exclusión de la sociedad dominicana y los líderes empresariales inteligentes saben que los negocios más competitivos son los que aprovechan al máximo los talentos de todos, no de unos pocos solamente” concluyó el embajador americano.