El León bajo los efectos de una turbación angustiosa

He estado setenta y dos horas inmerso en profundo meditabundo al no entender y concebir lo ocurrido el día 16 frente al hotel Embassy Suite, en el corazón de la ciudad primada de América. Una turba de forajidos al estilo hitleriano cuando perseguía a los judíos. Los cobardes en masa decían que defendían a su presidente Leonel Fernández.

Golpearon a periodistas, a un fotógrafo le quitaron la cámara, que no aparece. Al arquitecto Pedro Mena, de Voluntad Ciudadana lo violentaron quitándole la bandera de la patria. La que rompieron. Dos periodistas que fueron atacados, la policía se los llevó presos en una camioneta como si fueran delincuentes. ¡Tremendo atropello a la dignidad humana!

¿Por qué la turba cometía ese atropello? ¿Se trataba de que no se repitiera lo que le sucedió al expresidente Leonel Fernández, al salir de un hotel en la ciudad de Nueva York y unos dominicanos le bocearon ladrón, ladrón? La historia de los hombres es contemporánea.

Los atacados no se defendieron con violencia, la educación respondió con el silencio. El que mandó la turba, cachorro de la manada lo hizo para proteger a su amo que se auto llama león, que muestra sentirse bajo los efectos de una turbación angustiosa insuperable ante un peligro imaginario.

Estamos ante un acto sumamente peligroso de delincuentes que no temen a nada y se atreven a golpear la dignidad de la familia dominicana, los periodistas, fotógrafos, camarógrafos y los de la Voluntad Ciudadana son parte de la familia que repudia, no acepta el sistema corrupto de los partidos de intereses económicos.

¿Qué hacer ante la agresión que da vida a la época del garrote, colmillos y garras? Presento de mi bitácora  al que derrotó la ocupación usurpadora que oprimía a su pueblo, la India. Al alma Grande Gandhi: ¿Qué debemos hacer cuando una mala persona entra en nuestra vida y nos arrebata cuanto tenemos? ¿Cuál es la solución no violenta? La respuesta sencilla es: permitidle amablemente que siga su camino.- La violencia es arma del débil, la no violencia lo es del fuerte”.

Los dominicanos debemos combatir la violencia que protege la corrupción, obedeciendo y reclamando el valor de la Constitución que no conoce límites y jamás fracasa. Los eslabones de la lucha, entrega al bien común es la cadena de una sociedad feliz.

Es derecho ciudadano vigilar acciones de los que ignoran los conocimientos para actuar bien cuando asumen cargo público. Y nosotros cuidar nuestro interior para cumplir los deberes cívicos que reclamamos a otros.

Nuestro invitado de hoy. León Tolstoi: “No se puede ser bueno a medias». Autor: Néstor Julio González Díaz,  vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.