Lorenza dice que le gustaría ser un ejemplo para sus vecinos, en Villa Consuelo, Santo Domingo. Y lo es. Mujer extraordinariamente trabajadora, ha tenido éxito en el negocio de preparar comidas. Pero esto no es lo que la hace ser un ejemplo.
La democratización del crédito ha beneficiado a cientos de mujeres dominicanas.
Lo que la hace ser un ejemplo es cómo ha conseguido lo que tiene y cómo lo gestiona. Con decencia, buena vecindad y mucho trabajo. Y comenzó con nada.
Para alcanzar el éxito nunca quiso reventar al que se le cruzaba en el camino, nunca quiso ni ha querido tratar a sus colaboradores, proveedores y clientes como enemigos.
A pesar de que la sociedad y las llamadas «leyes del mercado» la empujaban (la empujan todavía) a envilecerse, Lorenza Leiba conservó su alma intacta.
Ese ha sido su mayor triunfo
La política inclusiva y humana del Presidente favorece a las micros empresarias.
Se siente plena, llena. «No me falta nada, tengo todo lo que necesito», confiesa.
Servir a los demás, comenzando por su familia y vecinos, es su rutina. «Lo que más me gusta de mi trabajo es el servicio que le doy a los demás».
Lorenza Leiba es motivo de orgullo para otras mujeres y para muchos hombres también.
Con mujeres como ella y miles más construimos patria todos los días en los barrios y campos de la República Dominicana. Patria grande, solidaria y próspera fundada en el amor al prójimo.
Historia de mujeres. Historia de verdad.