El folclor político

Me equivoqué al pensar que estas elecciones iban a ser aburridas. El folclor político ha estado y parece que estará presente. Todo, aunque no guarde relación, se mezcla a la campaña, a pesar que los problemas que se denuncian tengan mil años. Se relaciona a la campaña la denuncia del raso de que en la “PN” tienen unos salarios de miseria o “sueldo cebolla, que cuando uno lo ve da gana de llorar”.

El secretario general peledeísta Reinaldo Pared Pérez  cree en el “móvil político” de la denuncia del raso Daurin Muñoz, tomando en cuenta que estudió en la universidad  O&M,  propiedad del candidato opositor Luis Abinader. Está de acuerdo con  su cancelación la Policía.

Se le ha dado una connotación política-partidista al coronel Radhamés Santos Aquino, que  desesperado por las persecuciones del jefe de la Regional Cibao Central, Alberto Then, acudió a la prensa y los Derechos Humanos. Si algo tiene de político-partidista deben ser las conexiones que tiene el general Then con la dirigencia del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).  He conversado con colegas de la prensa de Santiago y todos me hablan de la vocación dictatorial (trujillista) de Then. Una vez prohibió la realización de bodas después de las seis de la tarde y que las mujeres vayan a la sede policial con “ropa indecorosa”.   El peor abuso que se está cometiendo con el coronel es que para minimizar y descalificar su denuncia las mafias que operan en la “PN” filtraron la información de que presuntamente está ligado a “faltas graves”, como la protección de un narcotraficante.

En el acto de proclamación del candidato senatorial por Azua,  Rafael Calderón, Pared Pérez  dijo que “eso no era cuestión de un candidato con pelito con vaselina…”, refiriéndose al aspirante del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Víctor Sánchez. Sentenció que “los traidores, la felonía” serán derrotados. Sánchez es un inconforme  diputado del grupo de Leonel Fernández que renunció del PLD.

Por los conflictos y el distanciamiento del expresidente Fernández y su grupo, el presidente Danilo Medina ha visto como su tabla de salvación  al presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas. De ahí la presencia de Vargas en los actos de la reelección presidencial y proclamación de candidatos de la alianza. Es muy notoria la ausencia de Leonel y su esposa la vicepresidenta Margarita Cedeño.

La estrategia de Medina fue desde el primer momento matar tres pájaros de un tiro. Uno: Si los legisladores leonelistas no lo apoyaban contaba con los del PRD para aprobar la reforma que le permite ir en busca de la reelección. Dos: pacta con Miguel y trata de ganar teniendo a su favor la sigla del PRD, sin la fuerza de antaño, pero es emblemático. Tres: Conquistando a Miguel evita que el PRD y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) se unieran. El último punto es vital, puesto que no me cabe la menor duda que la unión de perredeístas y perremeístas llevarían al poder a  Abinader.

El sistema de encuestas para otorgar candidaturas, el acuerdo PLD-PRD ha acalorado el pleito dentro del partido oficial. La reservación y luego asignación de candidaturas por encuestas o  pacto es antidemocrático-dictatorial, poco transparente. Es lo que más daño hace a los líderes provinciales que tienen años  trabajando en su comunidad para aspirar a una posición.

Lo más sano para el sistema democrático son las elecciones internas. Propicia que los nuevos aspirantes y el que busca la reelección expliquen su programa de trabajo a las bases de su partido, la prensa y todo el país. Uno debe decir que ofrece de nuevo y el otro que hará de seguir en el cargo.

El proceso electoral interno crea un dinamismo en los partidos que jamás será sustituido por encuestas, a veces amañadas. Cuando viene a ver un genio dominicano se inventa que como Medina está encima de Abinader en las encuestas no habrá elecciones presidenciales. Autor: Roberto Valenzuela