22 de marzo fecha en que se celebra el Día Mundial del Agua
En teoría, América Latina tiene el nivel mundial más alto de agua disponible: 33,580 metros cúbicos por persona al año. Así, no hay duda: el hemisferio tiene este recurso en abundancia.
Pero en los hechos la situación es distinta: la geografía, la contaminación y las desigualdades sociales perturban profundamente el acceso que tienen los latinoamericanos al agua y la mayoría de ellos dista de poder consumir la parte que le corresponde.
En números reales, más de 130 millones de personas carecen del líquido en sus viviendas y se calcula que sólo uno de cada seis latinoamericanos dispone de instalaciones sanitarias decentes.
Tres cuartas partes del planeta están formadas por agua y hace apenas una década se creía que el líquido alcanzaría para todos.
Sin embargo, la tala inmoderada y el despilfarro, entre otras acciones, han hecho que naciones enteras, literalmente, se mueran de sed.
De esta manera, el panorama tampoco deja lugar a dudas: prácticas agrícolas desastrosas, industrialización salvaje y pobreza urbana causan graves daños a los recursos hídricos de América Latina.
En toda la región, cuencas acuíferas y ecosistemas acuáticos sirven a menudo de basureros y están contaminados, además, por desechos mineros y vertidos industriales o agrícolas.
Esta es, en resumen, la situación que priva alrededor del vital liquido, desde el Cono Sur, hasta el extremo de América del Norte. Aquí se presentan, en detalles, los elementos que entorpecen el aprovechamiento del agua en la región y las soluciones que podrían resolver el asunto.
El escenario del agua en América refleja la diversidad y los contrastes de la región, que varían desde la abundancia, con el río más grande del mundo en la cuenca del Amazonas, hasta la escasez en uno de los desiertos más áridos del mundo, el Atacama.
La diversidad climática ocasiona que los regímenes hidrológicos sean muy variados. En general, América es la región más rica en agua del mundo pues, con una precipitación pluvial media anual de 1,084 milímetros, los recursos hídricos renovables en la región son cercanos a los 24,000 kilómetros cúbicos al año, lo que representa más de 55% del agua total renovable del mundo.
Sin embargo, la región es particularmente vulnerable a los desastres naturales. Aunque la mayoría de los países son ricos en agua, muchos presentan problemas severos de disponibilidad en sus zonas áridas y semiáridas; tal es el caso del norte de México, la parte occidental de Estados Unidos, en el norte de Chile, algunas zonas de Bolivia, Perú y la parte noreste de Brasil.
Existen grandes recursos acuíferos en el norte y sur de América, como el acuífero transfronterizo Guaraní (en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), que es una de las reservas de aguas subterráneas más grandes del mundo, con un almacenamiento de aproximadamente 37,000 kilómetros cúbicos y una recarga natural de 166 kilómetros cúbicos al año.
Sin embargo, se considera que este tipo de acuíferos serán cada vez más importantes en el futuro, en la medida en que la escasez de agua y el incremento en los cambios climáticos se acentúen.
Por ejemplo, en algunas áreas urbanas de la parte occidental de Estados Unidos y México, los acuíferos han sido y están siendo explotados más allá de su capacidad de recarga, lo cual amenaza su equilibrio.
Las cifras hablan por sí solas. América tiene cuatro de los 25 ríos más importantes del mundo: Amazonas, Paraná, Orinoco y Magdalena, cuyos caudales acumulados son de 8,800 kilómetros cúbicos, que equivalen al total de los otros 21 ríos que existen en el resto del orbe.
Todavía más. En la región se encuentran varios de los más extensos lagos del planeta; entre ellos destacan el Maracaibo (Venezuela), el Titicaca (Perú y Bolivia), el Poopó (Bolivia) y el Buenos Aires (Chile y Argentina).
Dicho esto, el agua es indispensable para cualquier actividad: la industrial, la agrícola y la urbana, ya que promueve su desarrollo económico y social.
Así, con el propósito de alcanzar un manejo sustentable del recurso futuro, los expertos consideran necesario que todos los ciudadanos conozcan la situación real del líquido y participen con las instituciones gubernamentales en la toma de decisiones para el manejo responsable del agua.
Se necesita la participación de los miembros de la sociedad para que desde cada una de sus actividades: en el hogar, en el trabajo, en la escuela, en la comunidad, en las áreas de recreación, consideren el valor del agua haciendo un uso eficiente del recurso y cuidando de no regresarla tan contaminada para preservar la calidad de las reservas naturales del agua.
Por ello, en la pasada edición del Foro Mundial del Agua, la comunidad de expertos redactó las principales recomendaciones con respecto al uso y buen aprovechamiento del agua. Se trata de una especie de manual, que todos los países latinos deben llevar a la práctica para no agotar este líquido que podría caer a cuentagotas.
En contraste, se presentan sequías persistentes en las zonas áridas y semiáridas en el noreste de Brasil, Estados Unidos y el noroeste de México.
Al mismo tiempo se registran inundaciones y erupciones volcánicas en América Central, junto con desprendimientos de tierra en diversas áreas metropolitanas de todo el continente.
Por otra parte, la actividad ciclónica es una amenaza constante a lo largo de la mayor parte del Atlántico, especialmente para los países isleños del Caribe. ¿Esto qué significa? Reducción en las precipitaciones pluviales, intrusión salina que puede provocar inundaciones, deshielo y aumento en la magnitud y frecuencia de los huracanes, inundaciones, sequías, entre otras cosas.
Por otra parte, en Canadá y Estados Unidos el suministro de agua potable y saneamiento adecuados cubren prácticamente a todos sus habitantes, a diferencia de los países de América Latina y el Caribe que, aunque presentan coberturas deagua relativamente altas para sus poblaciones urbanas, en el caso de sus sectores rurales la situación es dramática, la cual llega a ser inferior a 70%.
Las recomendaciones son:
- El agua es un derecho humano fundamental, debe garantizarse su acceso en calidad, cantidad y continuidad a todas las sociedades, en especial a los sectores más vulnerables.
- Que la sociedad civil participe en la toma de decisiones, a través de los medios y niveles adecuados en la planificación, gestión y regulación del agua y sus servicios.
- Que la gestión, uso y distribución del agua se haga bajo reglas de justicia, equidad y sustentabilidad.
- Que las comunidades rurales cuenten con fuentes seguras de abastecimiento de agua amparándose legalmente todos los usos realizados por las mismas.
- Que nuestros bosques, sabanas, humedales y toda cobertura vegetal natural se conserven como fabricas de agua y se desarrolle una gestión y conservación integrada de las cuentas hidrográficas, incluyendo las transfronterizas. Autor: Moisés Vargas. Tomado de elnuevodiario.com.do