Quique Antún está trabajando duro para ser candidato presidencial del Partido Reformista en un escenario revuelto que apunta a una segunda vuelta donde cualquier cosa puede ocurrir… Hasta una cuadripolarización electoral nunca antes vista en el país.
No estaría nada mal que se produzca semejante fenómeno. Tal vez así se puede armar un gobierno de unidad que surja del balotaje y que conduzca al reordenamiento social necesario para abrir paso a un liderazgo nuevo que modifique el círculo vicioso en que ha caído la política partidaria.
Esa situación no se ve muy distante con la división del PRD en dos mitades muy parecidas, con el distanciamiento ostensible de Danilo y Leonel y con el surgimiento potencial de la candidatura de Quique Antún.
Hipólito y Miguel se disputan el mismo mercado electoral: el cuarenta por ciento de la población que tradicionalmente ha votado al PRD; suponiendo que lo compartan en partes iguales, cada uno rondaría el 20 por ciento de la votación nacional…
El Partido de la Liberación con la mitad de su militancia desmovilizada y con un candidato como Leonel, de elevada tasa de rechazo, no pasaría en primera vuelta si el Reformista se va por ruta propia con Quique de candidato.
¿Como… cuatro polos?
Sí… Eso es posible tal como se presenta el cuadro electoral faltando menos de 20 meses para las elecciones del dieciséis.
Antún es un candidato excelente en este escenario. Es el único dirigente reformista que conoce a todos los dirigentes por sus nombres y apellidos, es un gran trabajador político, buen organizador y, lo más importante, el PRSC se sienta a la mesa del gran reparto de los fondos de financiamiento de los partidos políticos.
Quique, repito, está trabajando duro con ese propósito. Y lo está haciendo en silencio, calladito, sin mucho ruido, pueblo por pueblo, visitando a cada dirigente en su casa, a veces sorprendiéndolo al despuntar el día para compartir el café de la mañanita…
… Y les está llegando, les deja el mensaje de Balaguer, los invita al retorno, los motiva, los estimula, les toca sus fibras más sensibles para pedirles que regresen a compartir otra experiencia y una nueva etapa en la vida de su partido.
Casi repitiendo el trabajo que llevó a cabo siendo muy joven, en el período en que el balaguerismo cayó postrado después de la derrota apabullante de 1978.
¿Y dónde está Donald…?
Es verdad… En aquella época había una gran cantidad de dirigentes dispuestos a reorganizar el partido.
Pero también es verdad que nunca como entonces los reformistas estaban desmoralizados con el PRD en el poder por primera vez después de 15 años y el acoso constante al balaguerismo en desbandada, con el líder disminuido físicamente, dando viajes a Estados Unidos por su ceguera, ya ochentón, con graves problemas de circulación, operado de flebitis y sin voluntad para seguir.
Donald Reid Cabral, con un jovencísimo Quique Antún a su lado, Leo Matos, Juan Esteban Olivero, y unos pocos más, iniciaron un trabajo duro que fructificó años más tarde con el regreso al poder.
La historia a veces se repite… Como comedia o como tragedia, pero se repite. A mí se me antoja que la “cuadripolaridad” está pintada. ¡Anótelo por ahí…! Autor: César Medina. Tomado de listindiario.com