Por: Olga Espinal
Heidegger en su libro, el origen de la obra de arte, plantea que para que la obra adquiera su carácter de cosa, es decir, de objeto de la realidad, debe primero asumir un material. Ese es el primer paso para afianzarse en la tierra.
La obra Génesis galáctica, se afianza en la tierra en un material noble como la madera, la que acoge otros materiales como el metal. En la obra reconocemos a su autor, Freddie Cabral, experimentado escultor, en quien se reconoce el dominio de los diversos materiales de carácter plástico- escultórico.
Esta obra tiene el mérito de poseer un carácter público, un relieve adosado a un muro en la entrada del Museo Freddie Cabral, que no sólo identifica a esta casa de arte, sino que ilumina la vida de los transeúntes de este concurrido sector capitalino.
Es sabido por todos que el arte es una necesidad para el ser humano: ver arte y hacer arte nos llena el espíritu y las ansias de compartir con nuestros pares el amor, el dolor o las incertidumbres eternas del ser y estar en el mundo. De ahí que nuestro artista siempre ha estado fascinado con los temas del origen, de la concepción y del universo.
En esta obra que se muestra, de manera oficial, encontramos un universo lleno de contrastes: lo que debe estar fuera está dentro y lo que debe estar dentro está afuera. La luz está dentro, la galaxia está dentro y la tierra está fuera. La recreación de una Vía Láctea con su sol y sus planetas se nos revela empequeñecida frente a la enormidad de la materia orgánica.
Volviendo a Heidegger y su ontología estética: el arte nos revela la esencia de las cosas, la obra de Freddie nos revela lo limitada que es nuestra visión del universo, pues nuestra Vía Láctea, es un pequeño lugar en la vastedad del cosmos y nuestro planeta es “ese pequeño punto azul” en palabras de Carl Sagan.
Los humanos, somos egoístas creyendo que nuestro mundo no tendrá un fin, así como tuvo una génesis. No cuidamos nuestro hogar grande y creemos que no hay que cuidar y preservar nuestro ambiente para los demás seres con los que compartimos la vida en la tierra y en el universo.
Tenemos que tomar conciencia de lo pequeños que somos y, a la vez, de lo mucho que logramos cuando nos unimos en un propósito. Una nueva estrella ha nacido para iluminar las calles de Villa Consuelo, su nombre es Génesis galáctica.
La autora es crítica de artes