“Un festín de asombros” en la ciudad del Espíritu Santo

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En la cubanísima ciudad cabecera de la provincia de Sancti Spíritus, ubicada a unos 372 km de La Habana (5 horas aproximadamente), viven hombres y mujeres de extraordinaria savia. Como si el río Yayabo, orgullo de sus pobladores, le nutriera de un elemento excepcional y único en esta, cuarta de las primeras siete villas fundadas en la Isla por los colonizadores españoles en el año 1514, y la única con nombre en latín: Sancti Spíritus o Espíritus Santos.

Allí, entre esos seres hermosos que aman y construyen, hay un hombre llamado Juan E. Bernal Echemendía, a quien todos llaman sencillamente Juanelo: poeta, ensayista, escritor, martiano y, sobre todo, de esos que cuando erige la palabra, junto a la mirada clara, recuerda que “en este pueblo de labor, enorme campo de pelea por la fortuna, las almas apasionadas de soledad se mueren…”, tal y como sellan las palabras que inician su libro titulado. “En el festín de los asombros”, que da título a estas líneas, dedicado a recorrer interesantes facetas de José Martí, el Héroe Nacional y Apóstol cubano.

Y claro que de soledad no muere el poeta Juanelo, porque si se sueña con  “entretejer realidades con leyendas”, resulta imprescindible visitar esta Villa del Espíritu Santo, cuna de trovadores y bardos; de mujeres campesinas, que con estilo singular impregnan sus energías en la tradicional Parranda Típica Espirituana; de Jornadas de la Cultura, y días dedicados a la guayabera (o chacabana, como se le denomina en tierra dominicana); de la Noche de la Fuente, actividad que se lleva a cabo en el Museo de Arte Colonial, en coordinación con la Sociedad Cultural José Martí; o  la Matinée del Danzón, donde jóvenes y los que ya pintan canas, mantienen viva esta tradición, amenizada por la Banda Municipal de Concierto.

Son muchos los eventos que no dejan morir el alma que nutre la esperanza, esa que reivindica la ternura, tales como las Noches de Serenata en Sancti Spíritus, donde la música trovadoresca del nativo Miguel Companioni se imbrica con la promoción de nuevos talentos en este género; sin olvidar los Ecos de la Palma y tantos más…

Y todo esto tiene lugar ahí, muy cerca del solemne puente de cinco arcos, enclavado en las barrancas del río Yayabo, al suroeste del Centro Histórico Urbano, que vincula indisolublemente el área histórica con el barrio de Colón, y constituye la única que se conserva en la Isla con tales características y antigüedad, orgullo genuino de los espirituanos, junto a la Iglesia Parroquial Mayor,y el Museo Casa Natal del Mayor General Serafín Sánchez Valdivia, héroe de las tres guerras libertadoras del Siglo XIX…

Para Juan E. Bernal Echemendía “… la perspectiva del mundo natural, de la evolución de la naturaleza y de la participación muchas veces excluida de otros acerca del hombre en ese tipo de relación, instauró en José Martí una posibilidad de encuentro con el mundo y un aporte de altas significaciones en el completamiento de su madurez intelectual”.  Así lo afirma en el libro antes mencionado: “En el festín de los asombros”, donde intenta este prolífero autor de decenas de títulos, encontrar “respuestas a muchas preguntas sobre una sociedad que no acaba de hallar su punto de comunión en pleno siglo XXI y que el Apóstol retratara con una variedad cromática y cinética, muy propias de su estilo”.

Quizás en medio de esta búsqueda incansable por hacer brillar el arcoíris de las luces dentro de multitudes de sombras, y más allá de su opacidad o estallido, Juanelo desarrolla, junto a un grupo de excelentes profesionales, escritores, investigadores, historiadores y poetas, un evento llamado: Voces de la República, que desde hace más de dos décadas se realiza anualmente, y con carácter nacional, en la histórica ciudad.

Los pasados días 10 al 13 de mayo abrazaron este Coloquio, único de su tipo en Cuba, cuya conferencia magistral fue impartida por la acuciosa Doctora en Ciencias Históricas Francisca López, y cuya diversidad temática abarcó cultura, política y economía, en más de 50 ponencias, magistralmente presentadas en paneles, mesas redondas y conferencias, en la sede de la biblioteca provincial Rubén Martínez Villena, enclavada en el centro histórico de la ciudad, próxima a cumplir sus 508 años de fundada.

Alguien ha dicho que las obras llevan en sí la impronta de quienes las conciben y logran, aun en medio de sacrificios y esfuerzos casi siempre inenarrables. Juanelo se mueve presto, humilde, capaz y sencillo, coronado por su guayabera espirituana, junto a quienes le conocen y respetan sus dotes de liderazgo. Voces de la República concluyó con éxitos y anunció de inmediato el programa que regirá el próximo año su contenido académico. Alguien lee en voz alta un texto de José Martí que el destacado intelectual espirituano refleja “En el festín de los asombros”:

“El espíritu humano como la tierra, como la atmósfera, tiene capas. Las unas son de arena menudísima que el sol calienta, y movidas de vientos extraños, asciende, en revueltas y brillantes columnas al sol: y son las otras de roca áspera en que parece quebrarse impotente, como en masa intallable, el cincel divino…”

Juanelo remata: “A esa naturaleza humana, a la extraordinaria complejidad de sus múltiples caracteres, le dedica la vida entera con resultados altamente apreciables para el destino de Cuba y del resto de la humanidad”.

El más joven de los participantes en el Coloquio, un adolescente de apenas 12 años, estudiante de una Secundaria Básica capitalina, comenta con la genuina expresión de su realidad el propósito de volver… Su aprendizaje fue vasto…El ómnibus va dejando atrás la hermosa ciudad, que parece envolver con su magia el trayecto hasta la capital cubana, y allende los mares, hasta el Santo Domingo del viejo mambí, aquel dominico-cubano que lideró junto a José Martí y Antonio Maceo las luchas independentistas cubanas, los corazones siguen latiendo y pensando, como en la parábola bíblica, cuanto amor conservan estos hombres y mujeres que reciben al amigo lejano, estos que construyen el mañana, sin olvidar el presente que les ata a cada rincón que fortalecen cada día con unión y fe extraordinaria. Sí, hay que volver, una y otra vez, a la ciudad del Espíritu Santo. 

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