Semana Santa. Ayer y Hoy

Spread the love

¡Qué distinto! Lo vivido ayer cuando la costumbre era recogimiento junto a Jesucristo sufriente, muerto y resucitado. El barrio era todo silencio. Bien lo recuerdo, crecimos cuidando en obediencia una Semana Santa en oración y quietud. El Domingo de  Resurrección volvía la alegría después de la misa.

Hoy, la familia en gran mayoría va a las playas, ríos y balnearios y lo que allí se hace, es todo lo contrario. Verlo nos presenta otra costumbre, nada de la Semana del que se entregó por amor a nosotros. Es nuestra misma raza, el mismo dominicano. 23 muertos y 3 mil accidentados. Esta tragedia se repite todos los años por un cambio total de meditar, quietud, oración a desorden, consumo de bebida alcohólica, música en alto volumen, en sí una fiesta.

En la Agenda. Empezar cada día. Paulinas. Leo: Le pregunté a Dios que si me amaba. Y Dios dijo. “Sí”. Me dijo que había dado a su único hijo y que había muerto por mí y que un día estaría en el paraíso porque tengo fe.

Le pedí a Dios que me ayudara a amar a otros, como Él me ama y Dios dijo: Por fin estás comenzando a entender.

Observamos la pérdida de la naturaleza propia y necesaria, lo más puro y ascendrado de la vida, es lo que sucede en Semana Santa en esta tierra de nuestros amores. Nos preguntamos. ¿Por qué la familia dominicana ha cambiado de lo bueno a lo malo? En Hebreos 13,8. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. Autor:  Néstor Julio González Díaz, vicealmirante retirado de la Armada Dominicana

¿Qué piensas sobre esta noticia?

comentarios