PRD y MPD creían expedición de junio 1959 era incorrecta y fracasaría

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Fueron muchas las vicisitudes del exilio antitrujillista para organizar y realizar la expedición del 14 de junio de 1959

Cuando en 1959 el líder revolucionario Fidel Castro bajó triunfante de Sierra Maestra, el exilio dominicano ya estaba organizado y gestionaba la integración de los que aún no lo habían hecho, poniendo de ejemplo la hazaña cubana.Las conversaciones entre los grupos se aceleraron, con resultados alentadores para el inicio del segundo intento de derrotar el sátrapa, una década antes justo en junio de 1949, con la expedición de Luperón.

El gestor principal de estos esfuerzos fue el comandante que participó en la lucha del Movimiento 26 de Julio, formado por Fidel cinco años antes, el dominicano Enrique Jiménez Moya, quien supo ganarse el respeto y confianza de casi todos los grupos políticos dominicanos en el exilio.

La excepción fueron el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Movimiento Popular Dominicano (MPD), argumentando el primero que el proyecto no resultaría exitoso, mientras el segundo planteó que el método era incorrecto, pero sin sugerir alternativas para enfrentar la tiranía.

Puede asegurarse que era el Movimiento de Liberación Dominicana (MLD), el ente aglutinador, cuyos integrantes estaban decididos a intentar por segunda ocasión enfrentar al tirano con las armas en las manos, como lo hicieron en junio de 1949, en la frustrada expedición de Luperón.

Siempre asimilando experiencia cubana, los desafectos de la dictadura trujillista, aprobaron instalar varias emisoras de ondas cortas y largas, tanto en Cuba como Venezuela, con el propósito de difundir sus ideales a los dominicanos de la isla y otras latitudes.

Esa tarea le fue asignada a la Unión Patriótica Dominicana, la que tenía filiales, además de Cuba, en Venezuela, Puerto Rico y Estados Unidos, especialmente en Nueva York.

Tan efectivos fueron los resultados, que preocuparon al tirano, a tal grado, que éste emitió unas inesperadas declaraciones públicas, a través de La Voz Dominicana, señalando que si los que pretendían agredir a su régimen desde el exilio verían “barbas y sesos volando como mariposas, si se acercan a playas dominicanas en actitud hostil”.

Sabiendo quiénes respaldaban a sus enemigos en el exterior, el dictador los amenazó señalando que de “Cuba y la República Dominicana hay la misma distancia”, así como de Venezuela al país, lo que fue interpretado como una muestra de temor de ser derrocado del poder.

Posiblemente el señalamiento del país sudamericano se debió a que un grupo de mujeres y niños se habían asilado en la embajada de Venezuela meses antes, lo que había constituido en un foco de atención ante la comunidad internacional.

Ese hecho y muchos otros ocurridos aparentemente aislados, pero que para los anti trujillistas eran “señales inequívocas” de un alegado triunfo, éstos redactaron una especie de “programa mínimo de un Gobierno Revolucionario de Democracia Política, Económica y Social en la República Dominicana”.

La reunión de marzo

Conforme consigna el libro “…De Héroes, de Pueblos”, escrito por el extinto ingeniero y exguerrillero Hamlet Alberto Hermann Pérez, un acontecimiento ocurrido el fin de semana los días 27, 28 y 29 de marzo de ese 1959, fue una señal de la inminencia de acciones bélicas en el país.

“Por primera vez en mucho tiempo, para no decir en toda la historia, se reunían los representantes de casi todas las organizaciones políticas en el exilio, con vistas a forjar un Frente Unido de Lucha Antitujillista”.

Allí se acordó convocar a una reunión “a todos los que estuvieran realmente interesados en derrocar al tirano dominicano”, y como el exilio estaba disperso, se eligió La Habana como sede, debido a que reunía mayores condiciones de seguridad para los asistentes

Pero la realidad era que, en su gran mayoría, los futuros guerrilleros de la libertad dominicana estaban decididos a venir en la expedición que se gestaba, la que ya había acordado abrir tres frentes de combates, en Constanza (que fue casual porque en principio se había escogido otro lugar de aterrizaje del avión que transportaría la mayor cantidad de combatientes), Maimón y Estero Hondo.

Logrado el respaldo de Fidel para la expedición, se motorizó el inicio del plan bélico contra la dictadura, los días 14, 19 y 20 de junio de 1959.

Aunque estaba advertido de una posible llegada de combatientes con el propósito de poner fin a su régimen despótico, el gobierno fue invadido de manera sorpresiva por el aeródromo de Constanza, al atardecer de ese domingo 14 de junio.

Organización de mando

Tras acordarse llevar a cabo el plan contra la tiranía trujillista, el que estaría dirigido por un Comité Central Ejecutivo, conformado por Juan Isidro Jiménez Grullón, Francisco Castellanos, Francisco Canto, Luis Aquiles Mejía y Cecilio Grullón Canto. El consejero sería el general Juan Rodríguez García.

El brazo armado del Movimiento de Liberación Dominicana estaría bajo la responsabilidad del ‘Ejército de Liberación’, comandado por Jiménez Moya, quien dividió las acciones en los campos políticos y militar.

Así, desde principios de marzo, cerca de 250 futuros combatientes de diferentes nacionales latinoamericanas, comenzaron su entrenamiento en la zona conocida como Mil Cumbres, localizada en la provincia de Pinal del Río.

Allí se conformaron dos batallones de dos compañías, compuestas varios pelotones, bautizados estos últimos con nombres de patriotas latinoamericanos: Máximo Gómez, José Martí, Luperón, Bolívar y Maceo, entre otros.

Ventura Simó

Un hecho de trascendental importancia fue el asilo del capitán piloto, Juan de Dios Ventura Simó, el 30 de abril de 1959, tras aterrizar el avión jet Vampiro que pilotaba, en una base aérea de Puerto Rico.

Una vez fuera del territorio dominicano, el militar desertor se trasladó a Venezuela y luego a Cuba, donde se unió al Ejército de Liberación.

Trujillo lo sabía

Con los enclaves informativos de que disponía el dictador, este sabía de los preparativos de la expedición en su contra, así como que sería en un tiempo relativamente corto, pero sin saber cuándo.

Su servicio de inteligencia, que dirigía Johnny Abbes García, recibía informaciones, a través de algunos dominicanos radicados en Cuba que escuchaban rumores acerca del entrenamiento.

Como es lógico suponer, sólo ‘El Jefe’ y su hijo Ramfis, conocían los pormenores de esos hechos, según se reveló en la carta enviada a la Fundación de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, en agosto de 1962, el general César Saillant Valverde, secretario particular de ‘La herencia Fecunda’, Rafael Trujillo hijo.

La llegada

Ese domingo 14 de junio, a las 2:00 p.m., los 54 combatientes que serían transportados en el avión de transporte C-46, comprado en EEUU por particulares, el cual sería pilotado por el venezolano Juan José Rodríguez, al que se le pagó US$10,000 para el traslado, por lo que se le puso como copiloto al confiable cubano Orestes Acosta.

Según se informó posteriormente, que el destino original era en Sabana San Juan, pero que luego de dos horas de vuelo, se descartó realizar el aterrizaje allí, por la pista estar llena de hoyos hechos previamente por el ejército, por lo que se acordó desembarcar en Constanza.

Reacción posterior

Tras el acontecimiento, el Departamento de Estado de los Estados Unidos convocó de urgencia a todos sus embajadores de la zona caribeña, “para estudiar los acontecimientos políticos y económicos de la región”.

Durante tres días los representantes diplomáticos estadounidenses permanecieron reunidos en San Salvador, junto a delegaciones de República Dominicana, Honduras, Guatemala, México, Haití, Colombia, Nicaragua, Cuba (en el exilio), Venezuela, y Panamá, entre otras.

Allí se acordó “pedir que EEUU cooperara más estrechamente con la OEA, para mantener la paz y la tranquilidad en el Caribe”, como era de esperar, también denunciaron la presencia de actividades revolucionarias en varios de sus territorios, “encaminadas al derrocamiento de gobiernos amigos”.

Negro Veras

Años después, el abogado Negro Veras, hizo un relato de los acontecimientos posteriores a la expedición, significando que “Trujillo logró una victoria militar, pero una derrota política. Torturó y asesinó a la generalidad de los 198 expedicionarios, quedando solamente con vida 6 de ellos, de los cuales en la actualidad solo vive Delio Gómez Ochoa, quien es símbolo del internacionalismo, la firmeza, el sacrificio, el decoro y el amor por la libertad plena”.

Agregó que tras la llegada al país de los componentes de la ‘Raza Inmortal’, se activó la resistencia interna y surgió “la Acción Clero-Cultural dirigida por el padre Daniel Cruz Inoa y el grupo ‘Los Panfleteros’ de Santiago, continuaron sus acciones clandestinas iniciada en 1957, creado, orientado y dirigido por Wenceslao Guillen…”.

De los expedicionarios, sólo sobrevivieron seis, Delio Gómez Ochoa, Gonzalo Almonte Pacheco, Mayobanex Vargas, Francisco Medardo Germán, Poncio Pou Saleta y Pablito Mirabal.-Tomado de reporteextra.com

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