Listos para propagar el Ébola

Spread the love

Mientras la flamante ministra de Salud dominicana, doctora Altagracia Guzmán Marcelino, declara que “está lista el área para tratar el Ébola” en el hospital “Ramón de Lara” de la Base Aérea de San Isidro, en Santo Domingo Este, una delegación de Estados Unidos participa en La Habana en una reunión técnica de los países del ALBA para ganar conocimientos y dar respuesta a esa epidemia mortal.

Cualquier funcionario público, en un país que se respete y actúe responsablemente para responder a las amenazas que se ciernen sobre sus ciudadanos, se reviste de humildad y reconoce que le falta preparación para afrontar un desafío de las dimensiones del virus del Ébola.

Por eso Estados Unidos, que ha tenido una limitada pero exitosa experiencia en el combate al Ébola en su territorio muy recientemente, no canta como un gallo y acude civilito hacia Cuba –sin renunciar a sus profundas diferencias políticas- para aprovechar la oportunidad de mejorar su protocolo y preparación de personal para cuando tenga que enfrentarse a cientos o tal vez miles de casos de la enfermedad, disponer de lo mejor para combatirla.

Es obvio que a Estados Unidos le sobran recursos económicos y logísticos (camas de hospital, insumos, personal técnico…), pero como eso no es suficiente, son inteligentes y van detrás de la experiencia cubana en misiones de salubridad en África. Y hacen lo correcto a tono con su anterior declaración de que estaban dispuestos a cooperar con Cuba en este ámbito.

Ya lo dije en un artículo hace tres semanas: Lo fundamental para combatir el Ébola es preparar personal de todo tipo, adiestrado en el terreno donde ahora está la enfermedad (Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia) para poder aprender a gestionar el desafío. Leyendo fotocopias de folletos sobre control de enfermedades contagiosas lo que se puede lograr es propagar el virus sin control mientras se cree que se combate. (Ver http://acento.com.do/2014/opinion/8182461-el-ebola-no-es-un-juego-lejano/ )

Lamentablemente y por nueva vez, en República Dominicana se sigue actuando por el “librito”: Lanzar una cortina oscura con cobertura mediática incluida para tapar las tremendas deficiencias crónicas que se arrastran del siglo XIX. Igualito que cada año con el dengue hemorrágico, el cólera en 2011 y la recién llegada Chikungunya, este mismo año.

Pero el Ébola es otra cosa; es algo muy serio en países con tan altas deficiencias institucionales, bajos hábitos de higiene y nula educación sanitaria.

Decir la ministra Guzmán que tiene un área aislada “provisional” del hospital militar de San Isidro, que se están licitando equipos de protección, que se acondiciona otra área en el hospital “Doctor Ney Arias Lora” y que se realizó “el primer encuentro masivo de orientación sobre detección, diagnóstico y manejo del Ébola”, no nos puede llevar a pensar que en República Dominicana hay la mínima preparación para atender dos casos de Ébola que se presenten.

Lo que este país necesita es un personal mínimo preparado en el terreno para diagnosticar, aislar, tratar y hacer el control epidemiológico con la revisión exhaustiva de contactos de enfermos de Ébola para poder decir que está en condiciones de comenzar a formar personal y ganar experiencia con esta terrible enfermedad.

Eso, hoy, solo se puede hacer enviando médicos, enfermeros, bioanalistas, epidemiólogos, camilleros, conductores de ambulancias y personal de seguridad a los países que hoy tienen miles de enfermos y cientos de cooperantes enfrentando el desafío del Ébola.

Todo lo demás es bulto de mala calidad que solo servirá para perder tiempo y complicar las cosas en el momento en que lleguen a nuestro territorio, como sin duda llegarán, los primeros casos de Ébola.

Si los dominicanos fuésemos realistas pudiésemos decir con orgullo no que estamos preparados para enfrentar el Ébola, sino que estamos listos para con nuestra inexperiencia, irresponsabilidad y la falta de voluntad política, propagarlo aquí y en todas partes.

En este terreno la esperanza no vale nada; la previsión y el adiestramiento a tiempo lo es todo. Un aplauso y una fotografía para exhibir éxito anticipado es un engaño colectivo que puede costar muy caro a este país. Autor: Felipe Ciprián

¿Qué piensas sobre esta noticia?

comentarios