Fallece Felo Ramírez, leyenda de la narración deportiva cubana

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Felo Ramírez, la leyenda del béisbol de Cuba y América Latina, la voz del béisbol en Miami y en toda la Florida, el narrador oficial de los Marlins de Miami, le ha dicho adiós para siempre a los diamantes a los 94 años de edad.

Su voz, reconocida en Cuba y en toda Latinoamérica, está indisolublemente ligada a la historia del béisbol mismo en estas latitudes, pues Felo ofreció cátedra de locución deportiva en varios países del continente como Venezuela, Nicaragua y Puerto Rico, hasta que definitivamente sentó sus bases en la ciudad de Miami, y su voz comenzó a escucharse por todo el Sur de la Florida, y convertirse en un símbolo no solo del equipo de pelota de los Marlins, sino de toda la bien llamada Ciudad del Sol.

Su partida deja en la cabina del Marlins Park un enorme vacío, que difícilmente pueda ser llenado algún día.

Carismático como pocos, de voz melodiosa, conocedor de cada secreto que encierra el deporte de las bolas y los strikes, Felo ligó a ese caudal infinito de riquezas deportivas, una caballerosidad sin límites, que no conoció enemigos incluso en una ciudad tan politizada como Miami.

No por gusto muchos peloteros residentes en Cuba querían saludarle, fotografiarse con él, abrazarle sabiendo, incluso, que tras el regreso a Cuba algún que otro “regaño” podía caer sobre sus cabezas.

Tras conocerse su fallecimiento, consecuencia de una caída en el pasado mes de abril, los Marlins emitieron un Comunicado.

Nació el 22 de junio de 1923& en Bayamo. Desde los 16 años de edad mostró pasión por la locución deportiva, al extremo que muchos años después dijo haber encontrado el sentido de su vida desde que narró el primer strike.

“Mi padre quería que yo fuera abogado para que ganara más dinero, pero desde muy joven supe dónde estaba mi corazón”, dijo Felo al Nuevo Herald en el 2013.

Tal y como relató a los periodista Jorge Ebro y Marino Martínez, comenzó a narrar béisbol -valiéndose de unos altoparlantes- en el estadio La Lechera, situado al frente de la estación de ferrocarril de la ciudad de Bayamo.

De allí pasó luego a la emisora COCO. Más tarde ocupó una silla en el Estadio La Tropical hasta que pasó al Parque del Cerro, alternando estas funciones con programas de radio, entre los que destacó “Cabalgata Deportiva Gillete”, junto a la leyenda Buck Canel. Fue su comienzo narrando las Series Mundiales y Juegos de Estrellas de Grandes Ligas, una labor que continuó ininterrumpidamente durante tres décadas más.

Fue su voz la que retumbó en todo los Estados Unidos cuando los Marlins ganaron las Series Mundiales de 1997 y el 2003.

Su nombre se halla inmortalizado en el Salón de la Fama de Cooperstown, junto a leyendas como Babe Ruth, Willie Mays y Martín Dihigo.

“Salir de Bayamo y llegar a Cooperstown ha sido mi mejor viaje”, expresó en una ocasión.

En total, le dedicó 70 años a la narración deportiva, siempre con el mismo fragor en la voz, y la misma lozanía de una ciudad que lo despide hoy como un gran hijo.

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