Estudio revela dominicanos pierden confianza en la institucionalidad

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Los policías y los militares encabezan la lista de funcionarios que piden sobornos

Santo Domingo, RD.-La más reciente Encuesta del Barómetro de Las Américas indica que en República Dominicana hay una disminución significativa en el apoyo a la democracia, el cual cayó de un 81.6% en el 2006 a 61.8% en el 2016.

La Encuesta Barómetro de las Américas “Cultura Política de la Democracia en la República Dominicana y en las Américas, 2016/17” es un estudio elaborado por el Latin American Public Opinion Proyect (LAPOP), de la Universidad de Vanderbilt con apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

En el estudio se indica que, para las últimas elecciones presidenciales, los entrevistados reportaron una participación electoral de 81.2%.  En tanto que la confianza en los partidos políticos se sitúa en 20.4%, consolidando la tendencia a la baja desde el año 2008, cuando se registró un valor máximo de 26.7%.

Señala, además, que “la democracia en América Latina y el Caribe está enfrentando retos importantes, que van desde el bajo nivel de confianza en las elecciones, partidos, y liderazgo político hasta las deficiencias en la oferta de libertades públicas, el cumplimento de la ley, seguridad ciudadana, y una buena provisión de servicios”.

En ese sentido, el informe precisa que las simpatías partidarias en el país también disminuyen; del  2012 al 2016 se produjo un declive en esta variable de 63.4 a 42.4% aunque  entre todos los países de la región, la República Dominicana ocupa el segundo lugar entre los que tienen mayor simpatía partidaria.

La participación cívica, sin embargo, se ha mantenido relativamente estable a través del tiempo y se ubica entre las más altas de la región. En los últimos 10 años, el nivel de participación cívica, que se entiende como la participación en reuniones de asociaciones religiosas, de padres de la escuela y de mejoras comunitarias, se ha mantenido en torno a los 35 puntos promedio.

Delincuencia, corrupción y justicia

En la comparación regional, la República Dominicana se coloca en la segunda posición con mayor promedio de percepción de inseguridad, solo superado por Venezuela.  Para el 45.8% de la población encuestada, el problema más grave del país se refiere a asuntos relacionados con la delincuencia y el crimen.  Ese porcentaje es mucho mayor que el 29% que señaló que el problema más grave se refiere a asuntos relacionados con la economía.

Los promedios en la percepción de inseguridad en el barrio donde viven los encuestados han aumentado de 56.3 puntos en 2014 a 59.0 en 2016, los más altos de toda la década.

Además, la victimización por delincuencia aumentó en la República Dominicana casi 10 puntos porcentuales de 2010 (16.6%) a 2016 (26.2%).  Las personas más propensas a reportar ser víctimas de la delincuencia son: las que viven en las zonas más urbanas, las de mayor nivel educativo, las más jóvenes y los hombres.  En la comparación regional, de los 29 países encuestados, la República Dominicana se coloca en la sexta posición de mayor porcentaje de victimización por delincuencia.

Los dominicanos perciben la corrupción política como un problema muy extendido en su país.  Para el 83.9% de los encuestados, por lo menos la mitad de los políticos de la República Dominicana están involucrados en la corrupción.  En la victimización por corrupción, los policías y los militares encabezan la lista de funcionarios que piden sobornos.

Adicionalmente, la confianza depositada en las instituciones centrales para el combate a la delincuencia y corrupción ha caído. Desde el año 2008 se ha producido un declive estadísticamente significativo en la confianza de la ciudadanía en la justicia dominicana.  La tendencia de un bajo nivel de confianza en la Policía Nacional se mantuvo en el año 2016 con una confianza promedio de solo 35.6 puntos.  En la comparación regional, la República Dominicana ocupa el lugar 27 de menor promedio de confianza entre los 29 países encuestados.

Consulte el estudio completo en: http://www.latinobarometro.org/latNewsShow.jsp

Síntesis de resultados

El Barómetro de las Américas es coordinado por un equipo en Vanderbilt University, que alberga el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP) y a los investigadores que dedican una gran parte de su tiempo a este proyecto con apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Al mismo tiempo, el Barómetro de las Américas es un proyecto de colaboración internacional. En la primera etapa de cada ronda, LAPOP consulta con investigadores a lo largo de las Américas, USAID, y otros patrocinadores del proyecto para desarrollar el cuestionario central. Para las encuestas en cada país, expertos en la materia, equipos locales, y oficiales de USAID proveen sugerencias sobre módulos específicos.

La democracia está a la defensiva en las Américas y alrededor del mundo. En varios lugares a través de las Américas, los países han estado lidiando con crisis de seguridad y económicas, y escándalos generados en los gobiernos y los partidos. Entre el público, crece el escepticismo en torno a cuánto éxito puede tener la democracia en satisfacer las expectativas de la ciudadanía y mejorar la calidad de su vida cotidiana.

El Barómetro de las Américas 2016/17 investiga esta creciente frustración y permite estudiarla en perspectiva comparada entre subgrupos de la población, entre países, y a lo largo del tiempo. La encuesta también documenta señales importantes de resiliencia y revela importantes matices sobre los desafíos a la gobernabilidad democrática a lo largo de una región heterogénea. De esta manera, el Barómetro de las Américas proporciona una herramienta refinada con la cual hacer el tipo de diagnósticos y distinciones que son fundamentales para diseñar e implementar políticas públicas efectivas.

Para comenzar, el Capítulo 1 considera el apoyo en abstracto al concepto de democracia y sus dos componentes principales: elecciones y partidos. Uno de los hallazgos más llamativos en este capítulo es la disminución significativa en la región y en la República Dominicana del apoyo a la democracia. En la República Dominicana, el apoyo a la democracia cayó de 81.6% en 2006 a 61.8% en 2016. Por su parte, el apoyo a los golpes ejecutivos (es decir, al cierre del Congreso por parte del Ejecutivo) en República Dominicana se sitúa en 19.1%, lo que indica un leve pero sostenido crecimiento de la tendencia a apoyar hipotéticamente estos golpes desde 2010. Sólo algo más de un tercio de los dominicanos confía en las elecciones (34.8%), pese a esto, la participación electoral es elevada. Para las últimas elecciones presidenciales, los entrevistados por el Barómetro de las Américas reportaron una participación electoral de 81.2%. La confianza en los partidos políticos se sitúa en 20.4%, consolidando la tendencia a la baja tras haber registrado un valor máximo de 26.7% en 2008.

Las libertades básicas, como la libertad de prensa, expresión y los derechos humanos básicos, son críticos para la participación e inclusión del público en el sistema político democrático. El Capítulo 2 se centra en la medida en que el público percibe que estas libertades están restringidas. Como este y el Capítulo 6 sostienen, las restricciones a las libertades básicas pueden erosionar la motivación para participar y debilitar el respaldo de las personas hacia el gobierno de turno y el sistema democrático en general.

En la República Dominicana, el 35% de las personas creen que hay muy poca libertad de prensa, pero una proporción mayor -39%- considera, en cambio, que hay demasiada libertad de prensa. Casi la mitad del público en las Américas cree que hay poca libertad de expresión en su país; y la República Dominicana no es la excepción: 46% de los consultados en el país se afiliaron a esa idea. Los reportes de la falta de disponibilidad de libertades básicas son aún más grandes cuando nos enfocamos en la protección de los derechos humanos: en la República Dominicana 70% de la ciudadanía cree que hay muy poca protección a los derechos humanos. En promedio, a lo largo de la región, casi dos tercios del público siente que hay muy poca protección a los derechos humanos. Así, mientras que la democracia promete un conjunto de libertades básicas, una gran proporción del público en las Américas percibe que no se está cumpliendo.  En la medida en que los dominicanos perciben deficiencias en el suministro de libertades básicas, expresan menor aprobación del presidente y menor probabilidad de votar por el gobierno de turno.

En el Capítulo 3 se presentan las opiniones de los dominicanos sobre la delincuencia, la corrupción y la justicia.  Para el 45.8% de la población encuestada, el problema más grave del país se refiere a asuntos relacionados con la delincuencia y el crimen. Este porcentaje es mucho mayor que el 29% que señaló asuntos relacionados con la economía. Los promedios en la percepción de inseguridad en el barrio donde viven los encuestados han aumentado a 56.3 puntos en 2014 y 59.0 en 2016. Son los más altos del período 2006-2016. En la comparación regional, la República Dominicana se coloca en la segunda posición con mayor promedio de percepción de inseguridad, solo superado por Venezuela.

La victimización por delincuencia aumentó en la República Dominicana casi 10 puntos porcentuales de 2010 (16.6%) a 2016 (26.2%). Las personas más propensas a reportar ser víctimas de la delincuencia son las que viven en las zonas más urbanas, las de mayor nivel educativo, las más jóvenes y los hombres. En la comparación regional, de los 29 países encuestados, la República Dominicana se coloca en la sexta posición de mayor porcentaje de victimización por delincuencia.

La corrupción política es uno de los flagelos de la democracia. Los dominicanos lo perciben como un problema muy extendido en su país. Para el 83.9% de los encuestados, por lo menos la mitad de los políticos de la República Dominicana están involucrados en la corrupción. En la victimización por corrupción, los policías y los militares encabezan la lista de funcionarios que piden sobornos.

Adicionalmente, la confianza depositada en las instituciones centrales para el combate a la delincuencia y corrupción ha caído. Desde el año 2008 se ha producido un declive estadísticamente significativo en la confianza de la ciudadanía de que los tribunales de justicia dominicanos garantizan un juicio justo, aunque entre 2014 y 2016, los niveles de confianza se mantuvieron similares, a 40.1 y 41.6 puntos. La tendencia de un bajo nivel de confianza en la Policía se mantiene en el año 2016, con una confianza promedio de solo 35.6 puntos. En la comparación regional, la República Dominicana ocupa el lugar 27 de menor promedio de confianza entre los 29 países encuestados.

En el Capítulo 4 se exploran algunas normas y comportamientos políticos que permiten entender mejor la realidad política actual de la República Dominicana. Un hallazgo interesante es la consolidación de la caída en la cantidad de personas que se identifican con la derecha política. En la última década, se registra un declive constante en la auto identificación hacia la derecha de la población dominicana encuestada, con excepción del año 2014. En el contexto regional, la República Dominicana ocupó en el 2016, la quinta posición de mayor puntaje hacia la derecha, pero en encuestas anteriores había ocupado el primer o segundo lugar.

Las simpatías partidarias en la República Dominicana siguen también disminuyendo; de 2012 a 2016 se produjo un declive en la simpatía partidaria de 63.4% a 42.4%. No obstante, la República Dominicana ocupa el segundo lugar en la región de mayor simpatía partidaria. La participación cívica, sin embargo, se ha mantenido relativamente estable a través del tiempo y entre las más altas de la región. A través de los últimos 10 años, el nivel de participación cívica, medida con tres variables, (participación en asociaciones religiosas, de padres de la escuela y de mejoras comunitarias) se ha mantenido en torno a los 35 puntos promedio.

El 64% de la población encuestada en el 2016 indicó como bueno o muy bueno el trabajo que realiza el presidente Danilo Medina. La confianza en el Ejecutivo repuntó en el 2014 a 71.1 puntos promedio, pero bajó en el 2016 a 62.4 puntos. Dentro del conjunto de instituciones públicas, la confianza en el Ejecutivo siguió siendo la más alta en el 2016.

En el Capítulo 5 se exploran los temas en torno la inclusión social y los derechos humanos.  En general, hay cambios positivos a favor de la participación de las mujeres en la política, pero los datos también muestran que falta mucho para lograr una ideología igualitaria de género donde se reconozcan los derechos y las capacidades de las mujeres en la participación y la representación política.

El nivel de aprobación a que la mujer pueda decidir interrumpir un embarazo si peligra su salud es de 61.3%, y en el caso de las personas con educación superior, el apoyo alcanza 75.5%. De 2010 a 2016 se ha producido un aumento estadísticamente significativo, de 18.6 a 27.4 puntos promedio, en el apoyo al derecho de las parejas del mismo sexo a casarse.

Por otra parte, una mayoría de la población encuestada ve como un problema en la República Dominicana la discriminación en contra de las personas con discapacidad. Igual que en encuestas anteriores, la mayoría de la población dominicana se auto identifica en la categoría de mestiza/india (59.7%), y un 12.9% de los entrevistados dijo haber experimentado discriminación racial en algún tipo de situación, y la instancia más indicada fue un lugar público.

Llama la atención el porcentaje de encuestados que dijo tener planes de emigrar del país, con un aumento de 29% en 2014 a 41.1% en 2016, el mayor porcentaje registrado en el período 2006-2016. Los mayores porcentajes con intención de emigrar se registran entre las personas con mayor riqueza y más jóvenes.

El Capítulo 6 concluye este informe con un análisis de las tendencias regionales respecto a los dos pilares de la democracia: apoyo al sistema político y tolerancia política. A lo largo de los años, LAPOP ha sugerido y encontrado que la democracia se asienta en bases más firmes en la medida que se cumplen las siguientes condiciones: el público percibe el sistema político como legítimo y respalda el derecho a participar de quienes puedan tener opiniones políticas divergentes. En promedio en América Latina y el Caribe, el Barómetro de las Américas 2016/17 detecta un aumento en apoyo al sistema. El apoyo al sistema político se ha mantenido relativamente estable en la República Dominicana. En 2016, el promedio es de 49 puntos, y cayó 0.7 respecto a la medición anterior, de 2014. Al mismo tiempo, la tolerancia política del derecho de quienes piensan diferente ha aumentado en la región y en la República Dominicana. La tolerancia política aumentó de 51.4 en 2014, a 56.4 en 2016 en República Dominicana. En 2016, dominan en la República Dominicana las orientaciones conducentes a una democracia inestable (29%), pero seguidas muy de cerca por las favorables a una democracia estable (26%). El resto de la ciudadanía se distribuye entre escenarios conducentes a democracia en riesgo, 24%, y, en menor medida, estabilidad autoritaria, 20%. La orientación conducente a la estabilidad democrática aumentó en 2016 comparado con 2014.

La democracia en América Latina y el Caribe está enfrentando retos importantes, que van del bajo nivel de confianza en las elecciones, partidos, y liderazgo político hasta las deficiencias en la oferta de libertades públicas, el cumplimento de la ley, seguridad ciudadana, y una provisión de servicios robusta. Como los capítulos acá contenidos indican, y como es evidente en los datos del Barómetro de las Américas y los reportes específicos por país basados en este proyecto, la experiencia de cada país varía significativamente de uno a otro. Cada componente de los valores y la gobernabilidad democrática descrito en este reporte, y más, puede analizarse con mayor detalle usando estas herramientas. Sin embargo, en general, podemos concluir que el continuo apoyo del público a la gobernabilidad democrática depende de si el sistema político de la región puede cumplir sus promesas.

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