Albert Pujols llegó a los 600 jonrones y no causó gran revuelo
Los Ángeles.-Los infractores del consumo de esteroides le robaron toda la atracción de la hazaña alcanzada por el dominicano Albert Pujols, de los Angels, de llegar a los 600 jonrones.
Ese hito no alcanzó al grado de fanfarria que tendría hace décadas.
En el verano de 1998 se consideró que la batalla jonronera que libraron ese año el dominicano Sammy Sosa y Mark McGwire había salvado el béisbol, luego del colapso creado con la huelga de 1994, que incluso no permitió que se celebrara la Serie Mundial.
Esa vez McGwire y Sosa conectaban jonrones a granel, mientras intercambiaban bromas e incluso abrazos, encantaban a los amantes del béisbol, dándoles a los aficionados ocasionales razones para seguir el béisbol.
Para aquellos que no conocían la eficacia de los fármacos que mejoran el rendimiento, como la mayoría de los periodistas deportivos de esa época, McGwire y Sosa eran dioses que bordeaban lo divino.
El béisbol siempre había sido el más democrático de los principales deportes cuando se trataba de tipos corpulentos.
McGwire y Sosa parecían Schwarzeneggers funcionales en comparación con muchos que habían jugado en décadas anteriores.
Más tarde se supo que McGwire y Sosa habían engañado al mundo.
Las transgresiones de esos dos jugadores y de quienes los emularon destruyeron el valor que tenía el jonrón.
Poco entusiasmo
El sábado por la noche en Anaheim se pudo ver el verdadero costo de la era de los esteroides en el béisbol. Pujols se convirtió en la primer jugador que su jonrón 600 fue con bases llenas y se convirtió en el noveno jugador en la historia de Grandes Ligas en llegar a cifra, y su logro no se celebró con un entusiasmo desbordante.
De esa forma se ve como los esteroides afectan las hazañas de jonroneros, incluso para aquellos que no los tomaron. Cuando Pujols vea a Sosa y a McGwire le debe agradecer por devaluar su logro.