El Estado Islámico, el grupo yihadista que ha puesto en vilo al mundo

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Beirut, Líbano.-La coalición internacional liderada por EEUU inició hoy los ataques en el territorio sirio contra los bastiones del grupo yihadista Estado Islámico, cuyo feudo principal en Siria es la provincia septentrional de Al Raqa.

Conocida por sus métodos sanguinarios, esta organización ha conseguido tomar el control de amplias partes del centro y el norte de Siria y de Irak, y a finales de junio proclamó un califato en ambos países.

Autor de numerosos secuestros en el territorio sirio, el grupo se ha enfrentado a otras facciones rebeldes en este país que lo acusan de haber cometido “violaciones” contra el pueblo sirio, como raptos y asesinatos.

Sin embargo, no solo ha raptado a ciudadanos sirios, sino también a occidentales, como periodistas y cooperantes.

De hecho, las recientes decapitaciones de dos periodistas estadounidenses, James Foley y Steven Sotloff, y del cooperante británico David Haines, difundidas en vídeo por el EI, han sido la gota que ha colmado el vaso para que la comunidad internacional intervenga en Siria.

Desde su nacimiento, en octubre de 2006 en Irak, este grupo ha ido mutando de nombre.

Al principio, se denominó Estado Islámico de Irak y nació como una alianza de organizaciones radicales formada bajo el paraguas de Al Qaeda para combatir la ocupación estadounidense en suelo iraquí.

Tras el comienzo del conflicto sirio en marzo de 2011 al calor de las protestas antigubernamentales en el mundo árabe, el grupo radical anunció que empezaba a operar en Siria en abril de 2013 con el nombre de Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL).

No tardó en hacerse fuerte en el norte sirio, donde sus acciones radicales levantaron las suspicacias de otras facciones, incluso de aquellas que habían jurado lealtad a Al Qaeda.

En Siria, su objetivo principal y declarado era la creación de un estado islámico, lo que era desaprobado por otros grupos que opinaban que los esfuerzos debían concentrarse en la lucha contra el régimen de Bachar al Asad.

El propio líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, se vio obligado a intentar poner orden en las filas yihadistas y tuvo que intervenir en más de una ocasión para afirmar que la filial oficial de su organización en Siria es el Frente al Nusra y así desautorizar al EIIL en territorio sirio.

Sin embargo, el EIIL, liderado por Abu Bakr al Bagdadi, hizo caso omiso de las órdenes de Al Zawahiri y continuó sus actividades en suelo sirio.

Así, desde enero pasado, esta organización se ha enfrentado en el norte sirio a una coalición insurgente, que incluye al Frente al Nusra, que no consiguió mermar sus capacidades.

De hecho, prosiguió avanzando sobre el terreno y el 29 de junio proclamó un califato en Irak y Siria, además de anunciar un nuevo cambio de nombre: “Estado Islámico” (EI).

Durante ese mes, se hizo con el dominio de la segunda ciudad iraquí, Mosul, y otras zonas de ese país, aparte de tomar amplias áreas del norte y el centro del territorio sirio.

Con la declaración del califato, Al Bagdadi fue proclamado como “imán y califa para los musulmanes de todo el mundo”.

El bastión principal del EI es la provincia siria de Al Raqa (noreste), donde se ubican sus bases y campos de entrenamiento principales y que, ante la inminencia de la ofensiva estadounidense, ha evacuado en la última semana.

En los territorios que los yihadistas controlan han impuesto una versión estricta de la “sharía” o ley islámica, con restricciones que obligan al uso del “niqab” (velo que tapa el rostro) a las mujeres y la prohibición de la venta de tabaco.

A los cristianos de Al Raqa les exigen una especie de impuesto a cambio de su “protección”.

Una de las bestias negras de EI en Siria son los kurdos, que han decidido plantarle cara ante los ataques de los extremistas contra esta minoría.

Hace una semana, el EI lanzó una ofensiva contra uno de los principales enclaves kurdos de Siria, la ciudad de Kobani, donde las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo están presentando una dura resistencia, que no ha evitado que más de 130.000 personas hayan huido a la vecina Turquía.

Sea como fuere, el inicio de los bombardeos de EEUU y otros países aliados abre la puerta a un nuevo escenario en Siria y en Irak, que puede desembocar en un cambio de situación en ambos estados con repercusiones en la región. EFE

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