En una ladera de Black Mountain, una de las colinas que rodean la ciudad irlandesa de Belfast, se observa una bandera cubana gigantesca, de las más grandes que se hayan confeccionado en el mundo, con 46 metros de largo por 23 de ancho.
El mensaje sentencia una de las miles muestras de solidaridad y apoyo al pueblo cubano contra el bloqueo a que ha sido sometido por el gobierno de los Estados Unidos por seis décadas.
Roma, Italia, Alemania, Reino Unido, Rusia,Turquía, Canadá, Madrid y otras ciudades en Europa; de América Latina y el Caribe: México, El Salvador, República Dominicana, Belice, Panamá, Ecuador, Uruguay y Argentina. Desde los propios Estados Unidos, se han sumado al reclamo mundial y creado Puentes de amor contra el bloqueo a Cuba, entre ellas: Miami, Nueva York, Washington, Detroit, Chicago, Los Ángeles, Sacramento, Oakland, San Diego, San Francisco, Tampa, Las Vegas, Minneapolis, Seattle e Indianapolis.
Este 23 de junio
Otra vez, y por vigésima novena ocasión, Cuba llevará este 23 de junio ante la Asamblea General de Naciones Unidas la resolución que presenta cada año para pedir el fin del bloqueo de Estados Unidos, vigente desde 1962, y considerado el más largo e inédito de la historia; sobre todo si se considera el contexto de las difíciles condiciones generadas por la pandemia de la enfermedad causada por el coronavirus (COVID-19), y aun cuando la votación más reciente, en noviembre del 2019, concluyó con el respaldo de 187 de los 192 países miembros.
El férreo cerco al que se ha visto sometido al pueblo cubano se ha agudizado este último año, pese a las consecuencias que vive, no solo la Mayor de las Antillas, sino el mundo entero, debido a la pandemia.
En tal sentido, toda actividad económica y comercial que realiza Cuba en cualquier país del mundo, incluida la República Dominicana, se ve afectada por esta situación que, definitivamente, «es una política cruel, que provoca sufrimiento, privaciones y carencias a las familias cubanas, y se ha endurecido deliberadamente durante la pandemia de covid-19», tal y como afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez.
Se trata de efectos devastadores que en los ámbitos socioeconómico, sanitario, y financiero, entre abril y diciembre de 2020, causaron pérdidas a Cuba en el orden de los 3.586,9 millones de dólares; lo cual, sumado a las afectaciones del período anterior, ascienden a un total de 9.157,2 millones de dólares, desde abril de 2019 hasta diciembre de 2020.
A precios corrientes, los daños acumulados ascienden a 147.853,3 millones de dólares. Tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, el bloqueo ha provocado perjuicios cuantificables por más de 1.377.998 millones de dólares.
Incompatible con la Carta de las Naciones Unidas
Representantes de disímiles organizaciones y voces de todas las procedencias se han alzado en el mundo entero para protestar contra lo que “resulta incompatible con el principio de la autodeterminación consagrado en la Carta de las Naciones Unidas en 1945, la Declaración de los Derechos Humanos adoptadas por su Asamblea General, en París en 1948, y los Pactos Internacionales de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; y de Derechos Civiles y Políticos”, escribe J.
Miguel Lecaros en el Diario Constitucional, y recuerda que “el bloqueo (que no es un simple “embargo”) es, conforme a la Declaración sobre el Derecho a la Guerra Marítima, emitida en la Conferencia Naval de Londres de 1909, un acto de guerra”.
Siendo así, el articulista cuestiona de qué manera puede haber guerra entre Cuba y Estados Unidos.
“Todo Estado tiene el derecho inalienable de elegir su sistema político, económico, social y cultural sin injerencia en ninguna forma por parte de ningún otro Estado”, concluye, no sin antes recordar lo que se ha repetido durante lustros: “El bloqueo ha demostrado ser ineficaz para generar cambios y no tiene más consecuencia que un daño injustificable al desarrollo de la isla”.
Se trata de una situación incongruente con la Resolución 2625, de 24 de octubre de 1970, del XXV Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que declaró la igualdad soberana de todos los Estados, (…). Y estableció que “ningún Estado puede aplicar o fomentar el uso de medidas económicas, políticas o de cualquier otra índole para coaccionar a otro Estado, a fin de lograr que subordine el ejercicio de sus derechos soberanos y obtener él ventajas de cualquier otro”.
El ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez, ha declarado que confía en lograr «el respaldo de la comunidad internacional para el cese de esta política inhumana y violatoria de la Carta de Naciones Unidas».
Por su parte, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel escribió: «La voz de Cuba y el mundo contra el bloqueo se levantará otra vez el 23 de junio en la #AGNU.
Si en más de 6 décadas esa política cruel ha provocado carencias a la familia cubana, en el último año, en medio de la pandemia, ha pretendido casi asfixiarnos», escribió en Twitter.
Debe destacarse la intensa labor del profesor cubanoamericano, Carlos Lazo, quien ha promovido iniciativas y proyectos como Puentes de Amor en Estados Unidos, y solicitado al presidente Joe Biden levantar sanciones a Cuba y poner fin al bloqueo norteamericano.
Los duros meses de la COVID-19 se han intensificado con las inhumanas 240 medidas, que la administración de Trump adoptó para intentar al máximo asfixiar a la nación cubana, con las cuales se han obstaculizado, en reiteradas ocasiones, el arribo de ayuda humanitaria al país, lo que resulta inmoral e injustificable.
Desde meses anteriores, ciudadanos y organizaciones de al menos 60 países de los cinco continentes iniciaron una jornada mundial por Cuba, en coordinación con movimientos y grupos de solidaridad en diversas partes del planeta; caravanas de autos y bicicletas, concentraciones, marchas y subida de montañas, se hallan entre estas acciones, a la cual se suma la que tendrá lugar este domingo 20 de junio en el país, donde la Campaña de Solidaridad con Cuba y la Asociación Máximo Gómez de cubanos residentes en República Dominicana, protestarán contra la genocida política a que está sometida la patria.
Esperemos que este septuagésimo quinto período de sesiones de la Asamblea General, marque un verdadero rumbo al cumplimiento real de los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. Tantas voces que condenan a gritos una política irracional e inhumana no pueden ser desoídas.