Apego a la institucionalidad democrática

Spread the love

Por: Sergio Acevedo

Todos los demócratas y amantes de la paz en el mundo, estamos contestes de que en Venezuela deben explorarse todas las vías para el retorno de la normalidad dentro de un ambiente de sosiego y apego a la institucionalidad democrática.

Pero hay que partir de un hecho incontrovertible como lo es que el único organismo legítimo que existe en la hermana República, es la Asamblea Nacional, porque ha sido la que ha logrado su legitimidad y competencia por medio de unas elecciones que, a pesar de todos los obstáculos que le impuso el régimen de Maduro, la cantidad de votos logrados en los comicios fueron tanto que a la dictadura no le quedó otro remedio que aceptar los resultados del proceso, no sin antes alterar resultados que le fueron adversos e invalidar diputados por medio de triquiñuelas para entorpecer la labor del organismo en bien de la democracia y el ordenamiento institucional.

Maduro anuló a la Asamblea Nacional y creó un órgano paralelo de facto, la Asamblea Nacional Constituyente mediante decreto, en la que incorporó a sus adherentes, este órgano, creado por Maduro, creó el andamiaje para anular a la Asamblea Nacional que fue elegida por el voto de 14 millones de electores venezolanos.

La Asamblea de Maduro eligió a los jueces del Tribunal Superior, reformó la Constitución para adaptarla a las necesidades de la dictadura y llamó a las elecciones en las cuales fue “elegido” y cuyo mandato se inició el pasado 10 de enero, una elecciones espurias porque carecían de base legal, e ilegítimas, porque Maduro participó solo, sin oposición y con el control absoluto de los organismos arbitrales, creados por él.

En Venezuela no hubo elecciones, Maduro es un dictador impuesto por la fuerza, la única autoridad vigente es la Asamblea Nacional, la cual, en el ejercicio de las atribuciones que le concede la Constitución, escogió a Juan Guaidó como presidente interino de la República con el encargo de que llame a unas elecciones conforme a los requisitos constitucionales y pueda el país retornar a la democracia y emprender la ruta hacia la normalidad.

Maduro no está facultado para negociar nada porque es un presidente de facto, todas sus decisiones son ilegales y, por lo tanto, susceptibles de ser anuladas. Las únicas decisiones válidas en el actual contexto de Venezuela son las emanadas de la Asamblea Nacional, porque es el único órgano revestido de autoridad y legitimidad.

Con Maduro no hay que negociar nada sino exigir su salida, y cuanto antes mejor porque ese país no puede seguir sufriendo las angustias que le ha proporcionado esta dictadura, instalada por el mismo Chávez, con la piñata petrolera y el concurso de la empresa mafiosa Odebrecht. El autor es periodista

¿Qué piensas sobre esta noticia?

comentarios